Con «reservas» por Miguel Ángel Rodríguez

Para reestablecer la confianza y poner punto y final a la crisis de deuda, Merkel y Sarkozy acordaron ayer reformar los tratados de la UE, con el fin de incluir sanciones automáticas a los países que superen los límites de déficit y deuda en el pacto de estabilidad. Lo mejor es una reforma con los 27 países. De momento, los 17 países de la eurozona parece que avanzarán en solitario, aunque dejarán abierta una puerta para los que quieran sumarse en el futuro. Al menos estamos al comienzo de una unidad de actuación en la UE para seguir con la salvación del euro.

No está claro todavía qué países participarán en el pacto, por lo que cabría la posibilidad de una división e incluso de salidas del euro de algún país. La semana pasada, el presidente de los exportadores alemanes tampoco se ruborizó al decir que Grecia y Portugal deberían estar fuera.
Todo este complicado pacto debería ser suficiente motivo para que el BCE estimase oportuna la compra de bonos de los países firmantes que se encuentren con problemas de financiación. Pero eso tampoco se puede dar por seguro.

Ayer, los mercados terminaron al alza por el pacto Merkel-Sarkozy y todavía alentados por la intervención conjunta de los bancos centrales del mundo con el objetivo de proporcionar liquidez en dólares a los bancos que lo necesitaran. Evidentemente, estos bancos son europeos y los rumores en los mercados es que uno de los grandes, uno sistémico, podría encontrarse en estado terminal, con riesgo de caer si no se le proporcionaban estos dólares. Los bancos centrales han salvado la vida al accidentado, pero su situación sigue siendo crítica.

El euro se resiste a caer, quizás llevado por flujos de repatriación de algunas entidades financieras que están aligerando sus balances para disminuir sus necesidades de capitalización. Me temo que a medida que vayan pasando los días y se vayan desmenuzando los contenidos y las declaraciones, la incertidumbre volverá.

Miguel Ángel Rodríguez
Analista asociado de XTB