Francia
Reinicio a la francesa
Las primarias están recogidas en los estatutos del Partido Socialista y se han puesto en marcha con mejor o peor fortuna en distintas ocasiones. La candidatura de Tomás Gómez en Madrid es el ejemplo más reciente. Sirva la acotación para delimitar el terreno. Que quede claro que las sosodichas primarias de las que se habla tanto en estos días no son ni una invención del Partido Popular para zaherir al contrincante, ni las ha sacado el movimiento 15-M de una tienda de campaña, ni se trata del último grito en innovación política. Las primarias tienen bastantes trienios a la espalda y a ellas ha recurrido discursivamente el PSOE en innumerables ocasiones para alardear de un sistema interno justo, democrático y competitivo. Que ciertamente lo es cuando el proceso no se pervierte ni vulgariza.
El problema es que la maquinaria interna del PSOE, en bases a sus principios –a los suyos, ojo–, se ha pervertido y vulgarizado. La frustrada candidatura de Rubalcaba es el resultado de un proceso en el que quedó orillada cualquier posibilidad de primarias o de lista alternativa. Y por eso Carme Chacón acabó en una rueda de prensa a cauce de lágrimas. El presidente andaluz, José Antonio Griñán, es otro ejemplo de nombramiento dactilar. Primero Chaves lo nombró a dedo su sucesor al frente del Gobierno andaluz, luego el partido lo acogió por aclamación –sin que existiera votación alguna–, después se hizo con las riendas de la Secretaría General del PSOE-A en un Congreso cerrado de antemano, y dentro de 18 días será nombrado candidato en una elección que se prevé a la búlgara.
No creo que las primarias sean lo más adecuado para un partido que vive en un momento de crisis extrema y que tiene a la vuelta de la esquina –marzo– un proceso electoral decisivo, pero ésa es mi opinión y entenderán que no he sido yo el que ha redactado los estatutos del PSOE. En virtud de estas reglas internas, hay que entender a la militancia socialista. Miles de personas que piden en la red el ensanchamiento de los cauces participativos. Las banderas no son ni de tela ni de plástico: los «hashtags» #Bases 38# y # Reiniciando PSOE# son los que corren como la pólvora en Twitter y en Facebook. La militancia socialista no busca el mar debajo de los adoquines, sino un reinicio a la francesa. No quieren «congresos precocinados», hablan de François Hollande, de las primeras primarias abiertas en Francia, con sus dos millones de participantes –militantes y no militantes– previo pago de un euro.
El alcalde socialista de Jun dice que algunos políticos sufren «sordera crónica». El PSOE, como Juncal, sufre el mal de la vieja gloria: demasiados laureles para cogerle el banquillo al betunero. Este partido está en los últimos días del poeta: «loco, ciego y furioso».
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