Conciertos

Javier labandón «El Arrebato»: «Me llamó Florentino Pérez pero no me apetecía cantar algo que no siento»

Ha vendido más de un millón y medio de discos, aunque eso hoy sea lo de menos, y por su himno al Sevilla no vio «un duro»; otros clubes lo tentaron y dijo «no». En octubre llega «Campamento Labandón»

«La música, desde el punto de vista discográfico, está por desaparecer en breve»
«La música, desde el punto de vista discográfico, está por desaparecer en breve»larazon

SEVILLa- En octubre sale a la venta el nuevo disco de «El Arrebato». Con «Campamento Labandón» pretende reivindicar su faceta de autor y, en un largísimo año, compensar al grupo de cuarenta personas que lo acompañan de gira tras un periodo más tranquilo, en el que ha visto cómo sus dos hijos mayores, Sergio y Boana, hacen ya sus pinitos en la música.

–¿Es difícil sacar un disco en los tiempos que corren?
–Claro que es difícil. Hombre, en mi caso lo tengo un poco más fácil porque uno lleva un trabajo realizado desde hace muchos años y digamos que entro dentro de los valores seguros que las compañías de discos pueden tener. Pero para la gente que comienza es muy muy complicado.
–¿Cómo está el sector?
–La música está muy mal, hace diez años ya que entró en su crisis particular. Primero fue la piratería y después internet. Y ahora ha llegado la crisis general para rematarla. La música, desde el punto de visto discográfico actual, está por desaparecer en poco tiempo.
–¿A dónde conduce esto?
–Pues no lo sé, ése es el gran problema y lo que yo reprocho a las compañías. El problema no es ya que te agredan, sino que no sabemos defendernos. No sabemos maniobrar, estamos dejándonos caer, caer, recogiendo lo que va quedando y ya está.
–Hoy no se vive de las ventas...
–Nadie, eso se acabó. No se venden apenas discos y no se paga por venderlos. Los artistas no cobran por hacer un disco. Por eso digo que es una enfermedad terminal, no tiene solución.
–¿Y qué se puede hacer?
–No lo sé, la empresa discográfica ha tenido mucho beneficio durante mucho tiempo y ahora es el momento en el que tienen que inventar algo.
–¿Pero hay materia prima?
–Sí, sí la hay, en España hay creatividad. Hay materia prima y gente que compone muy bien, una prueba es la que está formando este chico, Pablo Alborán. Lo que no hay ahora mismo es soporte.
–Dentro de este entorno decadente, «Campamento Labandón», el nombre de su nuevo disco, suena a resistencia...
–(risas) Ahí estamos, resistiendo. El título es alegórico a mi mundo interior, mis emociones, de donde saco todas mis canciones. También quiero reivindicar un poco mi apellido como autor, que hay mucha gente que desconoce esta faceta mía.
–«Aquí me tienes» es el primer single, ¿será un disco más acaramelado?
–No, el disco es fuerte, tiene mucho sonido rock, me he animado con blues, swing... hay cosas muy novedosas. Pero la canción se ha elegido por sí sola single, cada vez que la cantaba, todo el mundo se emocionaba. Al final, la compañía lo vio clarísimo.
–¿Sigue con la inspiración familiar?
-Sí, sí, sigo siendo el mismo.
–Desvele algún detalle...
–Todos los temas tienen algo especial. «Los jardines de Nerea» está dedicado a un momento muy especial que viví con mi hija y para mí va a ser muy emocionante cantarlo. «Me hace falta dinero» creo que va a gustar mucho, es como una crónica de actualidad de hoy día, hecho con ironía y tratando de mandar el mensaje de que en la vida no todo es dinero y que las cosas más hermosas siempre son gratis.
–¿Usted sabe lo mal que se puede pasar?
–Me quedé sin padre con doce años y mi madre cayó enferma cuando tenía quince. Tenía que echar mano de todo, éramos siete hermanos y había que trabajar. Y yo empeñado con la música. No era el momento de tonterías pero nunca renuncié a mi vocación. He hecho de todo, desde vender en los mercados a trabajar de mensajero, camarero, electricista, carpintero... Hasta que tuve la suerte de dedicarme sólo a la música.
–¿Cómo se siente cuando consigue llegar a tanta gente y de toda clase social?
–No soy yo, es la sinceridad, eso es lo que llega. A mí me abruma eso y me llena de responsabilidad. La verdad gusta a todos.
–Sin renunciar a los orígenes...
–Soy de una barriada muy pequeñita, de Santa Teresa, al lado de Rochelambert, de donde es mi mujer.
–¿Cuántos discos ha vendido?
–No lo sé exactamente, pero hace un par de años me dijeron que había superado los 1,3 millones.
–Ahora son descargas...
–Sí, ahora no dan discos de oro, ahora son «pendrive» de oro y de platino (risas).
–El himno del Sevilla fue un pelotazo. ¿Le han llegado a ofrecer la posibilidad de hacer otros himnos?
–Sí, me lo han ofrecido pero no me ha parecido honesto hacerlos. No me apetece cantar algo que no siento y no me iba a salir bien. Con el del Sevilla tengo bastante. Me lo han ofrecido tres equipos de Primera División de España, uno de ellos de mucho nivel... Me llamó Florentino Pérez (a mi oficina) hace tres años porque quería hacer un disco. La mujer era muy fan mío y le gustaba mucho el himno del Sevilla. Él quería algo como regalo pero del Real Madrid. Y estaba bien pagado, ¿eh?, y lo digo porque del Sevilla no he cobrado. Hay mucha gente que se cree que con el Sevilla me he hecho millonario, pero no he ganado ni un duro.
–¿Y no se arrepiente?
–Hombre, en alguna ocasión he pensado: «Jolín, con el pelotazo que ha sido, llego a saberlo... Pero también me ha dado muchas satisfacciones y las cosas que emocionalmente he vivido no tienen precio.
–Los Biris ahora no lo cantan en Nervión...
–Es un tema un poco espinoso. Estoy de acuerdo con el club en que hay que erradicar la violencia. No me gusta la violencia en ningún aspecto de la vida, pero los Biris me parecen una peña maravillosa que lleva ya muchos años y son unos chicos maravillosos en un 99,97%. Sí creo que se les ha ido un poco de las manos al querer matar una mosca a cañonazos. La intención es noble, pero habría que haber tenido un poco más de tacto. Ha afectado a mucha gente que no tiene nada que ver con la violencia. Digo no a la violencia y sí a los Biris, que es lo que piensa la mayoría.