Austria
La halitosis y la disfunción eréctil matan el apetito sexual
En España, las mujeres están contentas con su vida sexual, pero ocho de cada diez exigen más a sus parejas, como refleja el último Informe Europeo sobre Hábitos Sexuales. Un mal aliento, el egocentrismo, la disfunción eréctil y la pereza son algunos de los motivos que les provoca rechazo a la hora de mantener relaciones
Siete de cada diez mujeres españolas (68 por ciento) mantienen relaciones sexuales al menos una vez por semana, pero el 80 por ciento afirma que les gustaría tenerlas con mayor frecuencia. Quién lo diría, ¿no? Parece que el tiempo de las excusas quedó atrás y las nuevas generaciones disfrutan más del sexo con sus parejas. Estos datos se extraen del último Informe europeo sobre hábitos sexuales: «¿Qué quieren las mujeres?», que recopila información sobre la sexualidad de 2.500 mujeres encuestadas de cinco países (Alemania, Austria, España, Portugal y Suecia), de las que 500 son españolas, todas ellas con pareja o relación, estable.
Lejos quedo nuestro país de los topicazos en que las mujeres eran conformistas a la hora de sentir en la cama, ya que España ocupa el segundo lugar del ranking tanto en satisfacción sexual como en frecuencia, solo por debajo de Portugal. Sobre el hecho de que las españolas tengan relaciones sexuales con bastante frecuencia y a la vez deseen aumentar el número de encuentros, los especialistas sostienen que «es como el que tiene dinero, pero quiere tener más».
Pese a las buenas nuevas, los expertos se muestran sorprendidos por esta realidad, «que en nada se parece a los que nosotros vemos en las sesiones en consulta», apunta Vicente Bataller, sexólogo y director del Instituto Valenciano de Sexología. Bataller, además, subraya que los resultados del estudio ponen de relieve que la mujer española «empieza a manifestar sus deseos, aunque otra cosa es que lo exprese en la cama o a su pareja».
Así, en el trabajo realizado por la consultora internacional Strategy One con la colaboración de Pfizer, también queda claro que las españolas valoran al alza una vida sexual satisfactoria. Con todo, las europeas más contentas –de las incluidas en el informe remitido– en la cama son las vecinas de Portugal, por lo que habrá que preguntarse ¿qué asignatura pendiente nos hemos dejado en blanco?
Barreras
Aún existe cierta reticencia a acudir a un especialista en busca de ayuda. Un ejemplo significativo se observa en la disfunción eréctil. Una alteración que sufren dos millones de españoles, «aunque sólo entre un 16 y un 17 por ciento acude a la consulta de un especialista y tardan de cinco a seis años en tomar la decisión», manifiesta Miren Larrázabal, presidenta de la Federación Española de Sociedades de Sexología. Los especialistas se ponen serios frente a este problema, ya que no sólo es un motivo de rechazo femenino, como asegura la encuesta, sino que «es un problema de salud que puede terminar pidiendo los papeles del divorcio», lamenta Bataller.
En este sentido, el director del Instituto Valenciano de Sexología ha pedido diferenciar disfunción eréctil «de lo que llamamos gatillazo o de la ansiedad del varón ante una situación que le viene grande. Bajo los síntomas de no satisfacción sexual subyacen muchos problemas de pareja. Y queda poco tiempo para dedicar al placer».
Larrazábal lanza una máxima que ambos sexos deberían tener en cuenta: «Cada uno debe ocuparse de su propio placer, la felicidad es una responsabilidad individual». Quizás ello también sirve de explicación ante otros motivos de rechazo frente a los hombres, como su egocentrismo. Entendido como que se ocupa sólo de su propia satisfacción y deja a un lado las necesidades de su pareja. Así es para un 22 por ciento de las encuestadas, que señalan la pereza (16 por ciento) y la arrogancia (15 por ciento) como otros de los rasgos de la personalidad del varón que «les echa para atrás», como explica la presidenta de la Federación Española de Sociedades de Sexología.
En cuanto a las causas físicas que inhiben a las españolas, la halitosis de la pareja ocupa el primer lugar (29 por ciento), seguido de la disfunción eréctil (16 por ciento) y de la eyaculación precoz (12 por ciento). Larrazabal insiste en que «muchas veces los conflictos de pareja conllevan problemas de disfunción eréctil, que se esconden. Si no se habla de ello, parece que no existe».
Contra el «gatillazo»
Según se desprende del estudio, tres de cada diez españolas aseguran que su pareja ha experimentado alguna vez problemas de disfunción eréctil. Bataller pronostica que casi todos los hombres a lo largo de su vida «van a tener fallos de erección», pero debe ser persistente en el tiempo para que sea considerado un problema sexual, y ha asegurado que, en cualquier caso, «siempre tiene solución, sólo hay que pedir ayuda en la consulta».
La falta de erección afectaría a la frecuencia de las relaciones sexuales para el 25 por ciento de las españolas, cifra que, según Bataller, significa que «seguimos teniendo relaciones exclusivamente coitales, ya sean vaginales, orales o anales. Hay que educar que más allá de introducir el pene en la vagina o en cualquier otro espacio hay otras cosas que se pueden hacer que dan placer». A propósito de esta afirmación, Larrazábal asegura que «una erección no garantiza la satisfacción sexual. Los amantes no nacen, se hacen, y la sexualidad necesita ser cultivada». Sin embargo, el informe revela que la mayoría de las mujeres (88 por ciento) hablaría del tema con su pareja y le ayudaría en la terapia, «ya que debe ser un problema compartido por ambos», apunta Bataller.
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