Vacaciones

La Costa Blanca tierra de contrastes y rico patrimonio

Su oferta lúdica y su clima convierten a Alicante en un destino turístico único

Tan solo tres hombres siguen ejerciendo este oficio artesanal en Dénia y Calpe
Tan solo tres hombres siguen ejerciendo este oficio artesanal en Dénia y Calpelarazon

ALICANTE- La Costa Blanca se descubre paso a paso, rincón a rincón, y se disfruta intensamente en cada una de las estaciones. Destino privilegiado durante cualquier época del año por sus más de 300 días de sol, esta provincia se distingue por sus contrastes paisajísticos, su patrimonio cultural e histórico, su gastronomía, sus fiestas, su completa oferta lúdica y deportiva y, especialmente, por su gente, acogedora y hospitalaria, particularidad que refleja el alma mediterránea de esta tierra.

La riqueza y la diversidad natural predominan en esta provincia. Imponentes montañas, salinas, humedales y parques naturales salpican un paisaje al que se suman impresionantes acantilados y recónditas calas de aguas cristalinas, con ricos fondos marinos declarados reservas naturales.

Alicante es un territorio lleno de historia y tradición caracterizado por la amabilidad de sus gentes y con una envidiable gastronomía forjada mediante productos del mar y de la huerta que se acompañan de vinos de calidad. Pueblos monumentales, fiestas populares, museos, rutas y senderos y un interior de murallas, castillos y yacimientos arqueológicos en un entorno de almendros, viñas y frutales conquistan al visitante.

Para no perdérselo
El interior de la Costa Blanca atesora uno de los entornos con mayor belleza y encanto del Mediterráneo español. La huella histórica de las diversas civilizaciones atestiguan su riqueza.
Montañas que sobrepasan o se acercan a los 1.500 metros, como las de Aitana o Puig Campana, convierten a Alicante en la segunda provincia más montañosa de España.

Además, cuenta con una amplia variedad de parques naturales, entre los que se encuentran sierras litorales, como Serra Gelada, en Benidorm, o el Peñón de Ifach, en Calpe, así como sierras interiores y humedales de alto valor ecológico. Las playas y calas, con más de 200 kilómetros de costa, constituyen otro de los atractivos más singulares de la provincia.