Houston

Nadal cae por agotamiento

Djokovic conquista en Miami su cuarto título del año. Suma 26 victorias consecutivas. Durante demasiado partido, Rafa sólo pudo defenderse

NADAL se lamenta después de fallar un golpe en la final de Miami
NADAL se lamenta después de fallar un golpe en la final de Miamilarazon

Nadal acabó reventado en Miami. En una final interminable, Novak Djokovic prolongó su racha victoriosa. Los números del serbio en 2011 obligan a mirar los libros de historia. Ha jugado cuatro torneos y los ha ganado los cuatro. Dubái, Abierto de Australia, Indian Wells y Miami. Las 24 veces que ha saltado la pista ha terminado ganando. Su racha se prolonga a 26 victorias consecutivas si se incluye la pasada final de la Copa Davis. Su arranque de 2011 le emparenta con nombres como Ivan Lendl o John McEnroe. Ni siquiera Nadal, que acabó con una cara de sufrimiento indisimulable, fue capaz de frenarle en la final de Cayo Vizcaíno. Rafa cayó en tres sets. Como en Indian Wells, aunque el desarrollo del partido no tuviera muchos puntos en común con aquél. El número uno del mundo se rindió por agotamiento. En el «tie-break» decisivo no daba para más. Sus errores fueron fruto del cansancio. Desde el 11 de octubre de 2010, cuando se impuso en Tokio, Nadal no ha ampliado su palmarés. Ahora llega la tierra batida. Es su territorio, pero queda por esclarecer hasta qué punto será capaz Djokovic de prolongar su momento en un año perfecto. En el primer tercio de la temporada, el serbio ha sido inalcanzable. Ahora llega la fase más dura. Djokovic se ha ganado la confianza de abrir interrogantes antes de la aparición de la arcilla roja.

Con más de tres horas sobre la pista, Djokovic no sabía ni cómo colocarse la gorra. A Nadal ya se le había descolocado la cinta. Después de cada punto ambos jugadores buscaban con desesperación la toalla. El intervalo entre puntos se prolongaba cada vez más. La clave era saber controlar los errores y el balcánico cometió menos en un desempate en el que pesó menos el tenis que la resistencia física.

El torneo del serbio había sido relativamente cómodo hasta la final. Su cuadro era más amable que el de Rafa y como su nivel de exigencia había sido escaso, apareció en la final sin la tensión necesaria para ofrecer resistencia a Nadal. Se encontró con un 5-1 en contra. Resistió para ceder por 6-4, pero al menos le sirvió para engancharse al partido. Recurrió a las dejadas y rompió el ritmo que estaba empezando a sostener Rafa. Logró un «break» y lo confirmó después de estrellar la raqueta contra la pista. El Djokovic anterior a 2011 habría desconectado; el actual, no. El que jugaba era el segundo y por eso igualó el partido sin aparentes dificultades. A Nadal le quedaba frenar la inercia que había tomado el duelo. Lo logró en el primer juego del tercer set. Necesitó diez minutos, levantó un 0-30, pero volvió. Lo hizo agarrándose a la pista con desesperación. Cada bola del serbio era mucho más pesada. La iniciativa siempre era suya. A Rafa sólo le quedaba defenderse. Llegó vivo, pero exhausto hasta el desempate. Y la resistencia como único argumento ante el actual Djokovic es insuficiente.


Llega la tierra batida
Los grandes del circuito no pisarán la arcilla roja hasta el 10 de abril, pero la temporada sobre tierra batida arranca hoy en Houston y Casablanca. Después de los dos aperitivos llega lo serio. Montecarlo, Barcelona, Madrid, Roma y París. Rafa sólo tendrá ocasión de sumar puntos en el Godó. En los otros tres Masters Series tendrá que defender 3.000 puntos a los que hay sumar los 2.000 conquistados el año pasado en Roland Garros.