Roma
Otro órdago más de los lefebvrianos
El grupo rechaza el catecismo y desaira la mano tendida de Roma
Madrid– Bernard Fellay, superior de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, conocidos como «lefebvrianos» por seguir las tesis del difunto obispo Marcel Lefebvre contra el Concilio Vaticano II, asegura que están «obligados a decir que no» al ecumenismo y la libertad religiosa «tal y como se interpretan en el catecismo de la Iglesia católica, que son exactamente los puntos que nosotros rechazamos del Concilio».
Ahora que el Vaticano estaba trabajando en la integración dentro de la Iglesia de este grupo, su líder ha frenado el proceso al afirmar durante una homilía en el seminario de su congregación en Estados Unidos que la Santa Sede ha aceptado todas las demandas de los lefebvrianos desde el punto de vista organizativo pero no desde el punto de vista doctrinal.
La diferencia doctrinal más grave está, según Fellay, en los puntos del Concilio Vaticano II en los que se habla de la libertad religiosa y el ecumenismo. Para el sucesor de Lefebvre «deben ser interpretados siguiendo la doctrina perpetua de la Iglesia», y no «tal y como se interpretan en el catecismo de la Iglesia Católica». Fellay insiste en que actúan motivados por razones de «tradición» y «coherencia».
«Obligados a decir no»
«Hemos dicho claramente que si nos aceptan tal y como somos, sin cambios, sin obligarnos a aceptar estas cosas, estamos dispuestos. Pero si quieren hacernos aceptar estas cosas, entonces estamos obligados a decir que no», remarcó el obispo.
La respuesta de la fraternidad ya se encuentra en la Comisión Ecclesia Dei, instituida en 1988 por Juan Pablo II para buscar la reconciliación con este grupo después de que Lefebvre ordenase a cuatro obispos sin la autorización de Roma. Esta comisión se encuentra estudiando las palabras de Fellay antes de dar una respuesta pública, pero para el líder lefebvriano el silencio vaticano se interpreta como que dudan. «Están reflexionando todavía, lo que quiere decir que se encuentran probablemente indecisos», afirmó.
El pasado 14 de septiembre, William Levada, prefecto de la Congregación para la Doctrina la Fe, entregó un texto a los lefebvrianos que desarrollaba todas las doctrinas que debían aceptar si querían volver al seno de la Iglesia Católica. En caso de transigir, la Fraternidad Sacerdotal San Pío X entraría en comunión con Roma, quizá bajo una fórmula jurídica similar a la del Opus Dei.
En ese documento se establecían algunos «principios doctrinales y criterios de interpretación de la doctrina católica necesarios para garantizar la fidelidad al Magisterio y al ‘sentire cum Ecclesia'». Se dejaba abierta la puerta a una «discusión legítima, el estudio y la explicación teológica de expresiones o formulaciones particulares presentes en los documentos del Concilio Vaticano II y del Magisterio sucesivo».
En 2007, el Papa dio luz verde a la celebración de la Misa Tridentina en cualquier diócesis, un gesto de cercanía a los ultratradicionalistas, al que siguió otro en 2009, al levantar la excomunión a los cuatro obispos de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X.
El conflicto
1.- La libertad religiosa
Los lefebvrianos consideran que Roma no trata este punto con «coherencia».
2.- El ecumenismo
No aceptan la búsqueda de la unidad de los cristianos tal como la define el catecismo de la Iglesia Católica.
3.- La misa y la liturgia
Algunos sectores ultratradicionalistas niegan validez a la «misa nueva» postconciliar.
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