Andalucía

Vivir del cuento

La Razón
La RazónLa Razón

En un sistema democrático, los sindicatos no son sólo necesarios, sino fundamentales desde el punto de vista de la defensa de los trabajadores y sus derechos ante situaciones de injusticia laboral. En España las organizaciones sindicales han prestado ayuda y soporte a miles de asalariados en situación complicada. Merecen, desde ese punto de vista, todo el respeto y reconocimiento social. El problema surge cuando sus dirigentes olvidan las funciones elementales para las que han sido concebidos y se convierten en instrumentos al servicio de sí mismos, forjadores de castas parásitas de las administraciones, receptores de privilegios difícilmente comprensibles hoy día con una situación de crisis económica y paro creciente.
En la reciente visita a España de Angela Mérkel, los sindicatos germanos dieron una lección a los españoles al recordar que ellos no viven del cuento, sino de las cuotas de sus afiliados. En nuestro país reciben subvenciones por doquier del Gobierno central y de las autonomías, dinero para cursos de formación que muchas veces ni se imparten, y ayudas en general sin tener que precisar cómo ni para qué. Las cifras que hoy aporta LA RAZÓN, con casi 70 millones de euros en Andalucía y 27 del Gobierno central, dicen mucho de la manera como la Junta de Griñán, entre «ERES» pactados de dudosa justificación, se asegura la paz social pese a tratarse de la comunidad con más paro de la península.