San Sebastián
Los invidentes no votan «a ciegas»
La expresión "votar a ciegas"para referirse de forma figurada al sufragio que se otorga sin conocer el programa del partido al que se apoya tiene ya una nueva acepción, gracias al kit de voto adaptado del que disponen los invidentes que así lo han solicitado en estas elecciones generales.
Una de ellos, Silvia Alba, ha ejercido su derecho al sufragio por primera vez en un colegio electoral de San Sebastián, adonde ha acudido esta mañana acompañada por varios compañeros de la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE), que la han asistido ante la presencia de numerosos medios de comunicación.
Silvia, que mantiene un pequeño resto de visión, ha aprendido recientemente el lenguaje braille, requisito indispensable para entender el kit de voto accesible que incluye varias plantillas con perforaciones e inscripciones en este idioma.
De esta manera, la persona ciega puede elegir con total libertad la opción deseada sin necesidad de la tutela de algún familiar y amigo, lo que garantiza completamente el secreto de su voto.
Tras depositar esta mañana sus sufragios al Congreso y al Senado en el instituto de Bidebieta, Silvia, que además de afiliada a la ONCE es trabajadora social, ha expresado a los periodistas su satisfacción por esta nueva "experiencia".
"Te garantizas el derecho al voto secreto sin necesidad de que una tercera persona te tenga que acompañar", ha explicado Silvia, antes de aclarar que "sistemas de accesibilidad"como éste hacen que los invidentes tengan "una vida un poco más normalizada, como el resto de la ciudadanía".
La joven ha precisado que el sistema "es muy sencillo"porque, "si controlas el braille, tener los agujeritos para marcar con el bolígrafo"lo hace fácil ya que "con el tacto lo detectas todo".
Ha concretado que en el caso de las opciones al Congreso todas las candidaturas tenían un sobre propio en el que estaba escrito en braille el nombre de los partidos, con lo que ella se ha limitado a tomar la que ha querido para introducirla después en un sobre "normal".
Sin embargo, el caso del Senado, al tener que elegir candidatos, ha utilizado una plantilla perforada que le ha servido para marcar con un bolígrafo a los aspirantes elegidos.
Una vez concluida esta operación, la joven se ha dirigido a la urna que le correspondía, ayudada por un compañero, y ha ejercido su derecho al voto sin problema alguno.
Para entonces, la única expectación existente en su colegio electoral era la que creaban entre el resto de votantes por la numerosa presencia de periodistas, fotógrafos y cámaras de televisión.
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