Rubalcaba ve una «buena noticia» el gesto de los presos

¿Da votos el final de ETA? Ésta es la cuestión. En el PSOE creen que la banda no está entre las preocupaciones de los ciudadanos desde hace tiempo y, por tanto, llegue cuando llegue un hipotético comunicado de disolución, no es un asunto que compute para bien ni para mal en el resultado electoral. Ahora bien, como a nadie le amarga un dulce, en el Comité Electoral sí entienden que si la banda, su entorno o sus presos dan pasos en la buena dirección, los socialistas sí deben contextualizar lo que ocurra en un marco de éxito para su candidato. Dicho de otro modo: hay que explotar el papel que Rubalcaba ha tenido en la lucha contra ETA. De algún modo, Felipe González, lo verbalizaba el viernes en un foro sobre gobernanza global: «No entiendo cómo la derecha se entretiene en el "no caso Faisán"mientras tiene enfrente al ministro de Interior que más ha hecho para acabar con ETA», dijo.
Ayer, en la segunda parte de ese foro, el candidato socialista a la Presidencia hizo una valoración positiva del comunicado de los presos, ya que en su opinión «es un paso más hasta el final, y hoy podemos decir que estamos más cerca del final que ayer», afirmó. Rubalcaba lo calificó de «buena noticia», aunque se situó en una posición equidistante entre quienes creen que ETA ya ha muerto y los que defienden que la carta no aporta nada. «Lo ocurrido es inédito e importante».
Lo cierto es que en línea con lo dicho por Rubalcaba, en su Comité Electoral hay gente convencida de que ETA estará presente, y para bien, esta campaña. Y que la carta ha sido como un balón de oxígeno para los socialistas. «Es una noticia muy relevante. Y debemos contextualizarla en un marco de éxito de la política antiterrorista». Es la opinión de un socialista vasco que, como otros, también cree que hay que rentabilizarlo.

Receloso de la Policía Autonómica
Seguridad global. Era el título del foro previo a la Conferencia Política que reunió ayer en un mano a mano al candidato del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, y al que fuera jefe de la política exterior de la UE, Javier Solana. Muchos temas se trataron: Palestina, inmigración, cooperación... Y fue en este amplio contexto en el que el Rubalcaba receló de las policías autonómicas –más bien de la creación de más cuerpos autonómicos– que consideró un «dislate», al tiempo que apostó, por «la centralización de la inteligencia».