Francfort

Así fue el veto alemán en la reunión del BCE

El gobernador de Merkel doblegó al acuerdo general

La Razón
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Madrid - Días antes de la decisiva reunión del Banco Central Europeo (BCE) que tuvo lugar el jueves en Fráncfort, Alemania comenzó a lanzar mensajes para bajar los humos al envalentonado presidente de la entidad, Mario Draghi, quien había prometido a título personal hacer «lo que hiciera falta» para garantizar la supervivencia del euro. Un día antes de la cita, el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, comenzó a aguar la fiesta para los anhelantes gobiernos de España e Italia, que esperaban que la reunión calmara las disparadas primas de riesgo que acosan a sus deudas soberanas.
Widman comenzó por decir que el BCE no debía «excederse» en la ayuda que debía prestar y, de paso, dijo a Draghi que tampoco debía sobrepasarse en sus funciones.
En la reunión celebrada en Fráncfort se materializaron los peores presagios para nuestro país y la posterior rueda de prensa de un alicaído Draghi dejó patente que en el BCE manda Alemania. Al parecer, el resto de los representantes de los bancos centrales de la eurozona, 17 en total, se mostraron proclives a la compra de deuda soberana de los países en apuros. También triunfó la tesis defendida por Weidmann, ex discípulo de la canciller Merkel, de que el que quiera la ayuda del fondo de rescate europeo tiene que pedirla en voz alta, una forma de condicionar la ayuda a nuevas medidas de ajuste, Es decir, el dinero va acompañado de una pérdida de autonomía.
Ya lo había dicho Weidman antes de imponerse al resto de gobernadores, que España e Italia no debían esperar «demasiado» de la reunión del órgano ejecutivo del BCE ni asumir que «se puede utilizar para garantizar la estabilidad de precios y también para promover el crecimiento, reducir el paro y estabilizar el sistema bancario». Las palabras proféticas de este economista implacable se cumplieron: el Bundesbank no es «un banco más, es el más grande del eurosistema». El que manda.


Berlín veta la compra de deuda de los estados
El Gobierno de Alemania se opone de manera frontal a que el fondo permanente de rescate, conocido como MEDE, tenga una licencia bancaria con la que acudir ante el Banco Central Europeo (BCE) para financiar la compra de deuda. Según indica el ministro de Exteriores germano, Guido Westerwelle, en una entrevista publicada ayer por el semanario «Focus», la primera economía europea y el mayor contribuyente a los mecanismos de rescate no puede ser garante de la deuda del resto de los países por motivos políticos, legales y financieros.