Hollywood
Muerte a Trajano
El emperador protagoniza la apasionante novela de Posteguillo
La novela histórica es hoy el más popular de los géneros novelísticos. Sin embargo, pocos son capaces de escribir una buen texto de aventuras ambientado en cualquier época de la Historia. Entre esa minoría, quien más se acerca a los clásicos es el valenciano Santiago Posteguillo con el primer volumen de su nueva trilogía sobre el emperador Trajano, «Los asesinos del emperador». Su prosa destaca por su sencillez y claridad expositiva, el trazo nítido de la trama principal y una estrategia dramática en el entrelazamiento de las subtramas. Los capítulos, cortos, con prolepsis y analepsis encadenadas, permiten que fluya un variado número de personajes que enriquecen la trama principal y mantienen el suspense.
Caudal histórico
Siendo numerosas, dos de sus virtudes más relevantes son la creación de subtramas engarzadas en bucle y la galería de personajes. El folletín histórico actual destaca por sus estereotipos, tan fosilizados como cursis. Todo lo contrario de «Los asesinos del emperador», en donde se recurre con brillantez a los arquetipos, definiendo a cada actor principal por unas virtudes o cualidades: Trajano padre es vigoroso y sin doblez, mientras que su hijo destaca por su valentía y prudencia.
Santiago Posteguillo tiene, además, una ventaja respecto a los novelistas que trufan sus obras de personajes melodramáticos, excesos historicistas y tramas inverosímiles: con qué ingenio aprovecha el imaginario histórico común, en su caso la Roma Imperial. No necesita farragosas descripciones ni latinajos que más que erudición muestran incapacidad narrativa, ni los clásicos excesos folletinescos. Utiliza el caudal histórico de forma funcional para ambientar sin distraer de lo fundamental: el ritmo narrativo, la intriga y la acción.
El lector conoce las pinturas históricas del español Ulpiano Checa por haber sido el referente pictórico en el cine de Hollywood, desde «Ben Hur» hasta «Gladiador», como las novelas que le sirvieron de fuente literaria: «Quo Vadis?», de Henryk Sienkiewicz, «Ben-Hur», de Lewis Wallace, «Espartacus», de Howard Fast, «Yo, Claudio», de Robert Graves, «Marco, el romano», de Mika Waltari, y «El muchacho persa», de Mary Reanult. Ese conocimiento le permite deslizarse con tranquilidad por la época imperial y centrarse en lo esencial: la narración de una aventura siempre renovada, con base histórica o no, en la que los personajes ocupan el lugar principal.
Sobre el autor
Tras el éxito con la trilogía dedicada a Escipión, vuelve con otra sobre el primer emperador hispano
Ideal para...
cuantos gusten de la novela histórica, bien escrita y mejor narrada. Entre «Yo Claudio» y «El muchacho persa»
Un defecto
Ciertos capítulos retóricos, utilizados para explicar la historia y no para el avance de la acción
Una virtud
La utilización de los términos latinos y la descripción histórica
Puntuación: 9
«Los asesinos del emperador»
Santiago Posteguillo
Planeta
800 páginas. 22,90 euros.
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