Libros

Libros

Manos arriba: la cruzada de una mujer que se niega a depilarse

¿Es usted mujer? ¿Por qué se depila? Y si es un hombre, ¿le gustaría lo mismo una mujer sin depilar? Una periodista irlandesa ha abierto la caja de los truenos al iniciar una campaña para reivindicar que las mujeres no tienen por qué cortarse el vello si no quieren.

Manos arriba: la cruzada de una mujer que se niega a depilarse
Manos arriba: la cruzada de una mujer que se niega a depilarselarazon

¿Por qué se depilan las mujeres? ¿Lo hacen por gusto o por imposición? Es una cuestión de higiene o una norma fijada por la sociedad? Si es esto último, ¿se puede considerar una exigencia machista? Y si lo hacen sólo por higiene, ¿por qué no se depilan los hombres?Todas estas preguntas se las ha hecho la periodista irlandesa Emer O'Toole, cansada –dice- de depilarse desde los 13 años. Y ha encontrado la respuesta: la depilación de las mujeres es un convencionalismo social impuesto del que hay que liberarse. ¡Fuera maquinillas! ¡Arriba esas axilas! Su cruzada, iniciada en el blog que escribe en el periódico británico The Guardian, se ha convertido en todo un fenómeno social después de que apareciera en un programa matutino de la cadena británica ITV presumiendo de llevar meses sin afeitarse ni las axilas ni las piernas.Consciente de que una imagen vale más que mil palabras, O'Toole ha obtenido, con ese simple gesto, el altavoz que esperaba para lanzar su campaña: ¿Por qué tienen que seguir depilándose las mujeres? La periodista se ha propuesto permanecer 18 meses sin cortarse el vello y, sólo a partir de ese momento, decidir, sin que nadie se lo imponga, si prefiere depilarse o no.La depilación, una imposición de géneroCon su experimento, O'Toole pretende demostrar, primero, que las mujeres se depilan porque así se lo impone la sociedad, en una suerte de sumisión de género ante la que es necesario rebelarse, no tanto para pasar a partir de ahora a pasear el vello allá donde vayan, sino para tener la capacidad de decidir o no sin que nadie les afee la conducta. Algo que, por supuesto, le ha ocurrido a ella.Según cuenta la propia periodista, su osadía le ha servido para recopilar una buena colección de malas miradas y gestos de desacuerdo en todos los lugares públicos a los que ha acudido, desde el metro londinense hasta los restaurantes. ¿Acaso es que su aspecto no ha gustado a los hombres? Aquí viene una de las sorpresas de su investigación: han sido más las mujeres que han mostrado su desaprobación que los hombres."Dejé de depilarme porque me di cuenta de que hay una presión exagerada en la sociedad por cumplir estas estúpidas mentiras de género", asegura la periodista en su blog. Después, en el programa de televisión This Morning reconoció que su puñetazo en la mesa le ha servido para incrementar su autoestima y comprender que estaba siendo víctima de unos patrones de belleza impuestos por los demás.Los cánones de belleza¿Quién marca esos patrones de belleza? Lo que está claro es que no todas comparten su "subidón"de autoestima. Entre ellas, Michelle Devine, dueña de un salón de belleza y la mujer que mira a Emer O'Toole (en la imagen) con una media sonrisa espantada que no esconde su desagrado: "Admiro su valentía, pero a mí no me gusta el vello corporal", le dijo a la periodista.El reto de O'Toole es convencer a las mujeres de que depilarse o no debería ser una elección como la de ponerse maquillaje, y que aquellas que decidieran no hacerlo no deberían ser víctimas de las burlas, el desprecio o incluso la carcajada. ¿Convencerá a las mujeres?