Bruselas
La Eurocámara acuerda sancionar a los países que no cumplan el déficit
Barroso propone recaudar 57.000 millones con una tasa a los bancos
BRUSELAS- La UE se encuentra en el momento de mayor debilidad de su historia, arrinconada por los mercados financieros, criticada por sus socios internacionales, atenazada por los desafíos mundiales y dividida por el auge de partidos nacionalistas y populistas. Ayer, el presidente de EE UU, Barack Obama, volvió a cargar contra Europa por no haber hecho lo suficiente para reparar la debilidad de su sector financiero. Obama ya señaló el pasado lunes que la crisis de la eurozona «asusta al mundo».
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, fue consciente de este momento ayer cuando dio su discurso sobre el Estado de la Unión en el Parlamento Europeo. Por eso, puso más energía y propuestas que en el pasado para conjurar las amenazas que ya miran no sólo cómo desmantelar el euro, sino también la Unión, como él mismo reconoció. «Estamos en un punto de inflexión en nuestra historia, uno de esos momentos en los que si no avanzamos en la integración, corremos el riesgo de fragmentarnos», dijo para añadir que es una cuestión de «voluntad política, una prueba de fuego para nuestra generación».
Para ello, el presidente del Ejecutivo comunitario descargó toda la artillería. Presentó su propuesta legislativa para crear una tasa para las transacciones financieras, cuya finalización aceleró para aprobar ayer y con la que Bruselas espera recaudar 57.000 millones de euros; fijó para octubre la presentación de su proyecto para los eurobonos, defendió la ampliación del fondo de rescate europeo y abogó por una modificación de los tratados para circunvalar las unanimidades que bloquean en los Veintisiete la construcción europea.
Vigilancia estrecha
La Eurocámara correspondió por su parte con la aprobación del llamado paquete legislativo de gobernanza económica, con el que se vigilará más estrechamente el déficit y la deuda de los estados miembros. Los países comunitarios darán el visto bueno final a este paquete el próximo martes, cuando sus ministros de Finanzas se reúnan en Luxemburgo. Una vez en vigor, la Comisión podrá en medio año, y tras un aviso y una recomendación, imponer multas a los estados miembros de hasta un 0,02%.
Respecto a la tasa a las transacciones financieras en la UE, apoyada por un 65% de sus ciudadanos, sus filas han ganado partidarios durante los últimos meses sobre todo tras el respaldo de Francia y Alemania. Barroso la defendió ayer como una cuestión de «justicia». «Los contribuyentes han dado ayudas y extendido garantías al sector financiero por valor de 4,6 billones de euros –cuatro veces y media el PIB español–. Es hora de que el sector devuelva la contribución a la sociedad», justificó.
Si el Parlamento y los estados miembros dan el visto bueno, se gravará con un mínimo de un 0,1% el comercio con bonos y acciones y un 0,01% los productos derivados, aunque los Veintisiete podrán incrementar esta cantidad, cuyos ingresos se repartirán entre Bruselas y las capitales en porcentajes aún por fijar. Pagarán esta tasa aquellos agentes del mercado que operen desde Europa, y en el caso de instituciones financieras, también las que estén fuera de la Unión, y se excluirán algunas operaciones como las hipotecas, las tarjetas de crédito o los intercambios de divisas.
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