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Montmeló se aferra a las carreras

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BARCELONA- La crisis y el déficit que arrastra Cataluña están obligando al Govern a planterase dejar a Montmeló sin el Gran Premio de Fórmula 1. «No está claro que nos lo podamos permitir en la situación actual», dijo hace unos días el conseller de Economía, Andreu Mas-Collell, amenazando la continuidad del evento, que supone ahora un lastre para el delicado estado que atraviesan las arcas públicas. Sin embargo, desde Montmeló se aferran al Gran Premio y buscan ya alternativas para que los motores más evolucionados no dejen nunca de rugir sobre su asfalto.

«Se ha creado más alarma social que otra cosa, ya que no vamos a dejar que la F1 se vaya de Cataluña», explica el director del Circuit de Cataluña, Salvador Servià, a LA RAZÓN. «Si el público en la F1 sigue bajando sería insostenible, pero por eso estamos ya trabajando para ganar espectadores y buscando alternativas», añade el el ex piloto de rallys.

El año pasado, la cita automovilística atrajo a 78.000 espectadores, una cifra muy inferior a los años en que Fernando Alonso ganó dos mundiales, cuando se llegaron a alcanzar récords de 141.000 localidades vendidas. El director del Circuit considera que hay que revertir las cifras, pues la Generalitat, que posee el 80 por ciento del Consorci del Circuit integrado también por el Ayuntamiento de Montmeló y el RACC, «no podría permitirse perder dinero en estos momentos y por eso estamos trabajando para ganar espectadores y hacerlo sostenible», afirma Servià.
«Por ahora todo son condicionantes y el Ejecutivo catalán no se ha sentado aún a hablar con nosotros», añade el director, que considera que «el problema no es tan grave». «Ya estamos preparando el próximo Gran Premio de F1, que tendrá lugar el 13 de mayo, y en 15 días se realizarán aquí los entrenamientos», explica Servià, inquieto por la alarma social que se ha creado estos días y cómo pueda afectarles. «Trabajamos con unas 3.000 personas el día del Gran Premio», dice.

El contrato que une al Circuit de Cataluña con la Federación Internacional de Automovilismo para celebrar la F1 se alarga hasta el 2016. «Romperlo no sólo sería nocivo para Montmeló sino para Cataluña, ya que el impacto del Circuit durante todo el año es de 130 millones de euros, 90 de ellos lo genera la F1 y 30 el GP de Motociclismo», justifica Servià. «El motociclismo nadie se plantea dejar de celebrarlo, el año pasado acudieron 147.000 espectadores y genera fuertes ingresos», aclara.

«Una solución sería buscar que alguien más financiara la F1 y así no fuera solamente una inversión pública», explica. «Los más beneficiados de los ingresos que genera son el sector turístico, la hostelería, la restauración, el comercio y el transporte, y, por ello, sería lógico que este sector nos ayudara», propone Servià, que insinúa la tasa turística como posible ayuda.
Por su parte, la Generalitat Valenciana se ha puesto ya en contacto con el Govern para negociar una posible alternancia. Ante la necesidad de salvar también su evento, Valencia aceptaría turnarse con Cataluña para celebrar el Gran Premio.

«Es cuestión de marca»
Desde el Ayuntamiento de Montmeló coinciden con Servià en que no se debe prescindir de un evento deportivo de tal importancia que es visto por 20 millones de espectadores. «Es una ventana abierta al mundo que nos aporta proyección internacional y prestigio y nos sitúa en el mapa», dice el alcalde de la localidad, Antoni Guil, quien considera que debido a todas sus ventajas «no queda más opción que trabajar para mantenerlo».

«Es cuestión de marca y debemos buscar alternativas como atraer nuevos mercados como el de Francia y de otros países que no tienen Grandes Premios y encontrar nuevos sponsors y recursos», propone Guil, que recuerda que en el Circuit hay vida más allá de la F1. «Tenemos actividad los 365 días al año y se realizan 15 carreras más».

 

«La tasa turística podría ayudarnos»
El director del Circuit, Salvador Servià, es partidario de que el sector turístico, que es el mayor beneficiario cuando se celebra el gran premio de la Fórmula 1 en Montmeló, podría ayudar a mantener el evento en Cataluña. «La gran parte de los ingresos que aporta el Gran Premio van a hoteles, compañías de transporte y comercios», dice Servià, que apuesta por que una parte de la futura tasa turística reinvierta en el Circuit.