Diplomacia

«Israel y los judíos se han sentido muchas veces olvidados por Europa»

Tras su intervención inicial, el presidente de la Federación de Comunidades Judías de España respondió a las preguntas de cuatro periodistas: Gloria Lomana, directora de informativos de Antena 3; Javier González Ferrari, presidente de Onda Cero; Albert Montagut, director de ADN, y Francisco Marhuenda, director de LA RAZÓN.

Un momento de la intervención
Un momento de la intervenciónlarazon

–GLORIA LOMANA: Ha mencionado en su discurso que el presidente de Palestina ha iniciado lo que podríamos llamar una Intifada diplomática para que la ONU cree un Estado Independiente. Nuestro país es partidario de ello. ¿Cree usted que afectarán las relaciones de España con Israel?
–ISAAC QUERUB: Yo no soy embajador de Israel, pero no quiero que se enturbien las relaciones. España se posicionó, y no lo hizo del lado que me hubiese gustado, del lado de Francia o de EEUU. Es importante que Palestina tenga su Estado libre e independiente, ¿pero de qué sirve si no hay acuerdo con Israel? Debería haber un acuerdo bilateral.

–G. L.: Ésa es la posición de EE UU, que el conflicto debe resolverse por ambas partes. ¿Cree posible una nueva apertura en el proceso de paz?
–I. Q.: Mientras se habla de paz no se discute de guerra. Es mejor una paz mala que una guerra. Los israelíes siempre han hablado de paz, como en los acuerdos de Camp David. Fueron los palestinos que no firmaron los acuerdos. Palestinos e israelíes deben abordar con mucha seriedad el tema. Y también otros muy importantes como el de Jerusalén o el de los refugiados. ¿Qué esperan los pueblos? Vivir mejor. Los palestinos y los gobiernos árabes deben apostar por una educación de paz. En las universidades palestinas se enseña aún que el judío es malo. El verdadero proceso de paz debe empezar en el colegio.

–JAVIER GONZÁLEZ FERRARI: Se ha hablado aquí de los cambios políticos, económicos, sociales...de Egipto, Túnez, Libia, de la caída del régimen de Siria. Hay una especie de efervescencia popular, pero claro, la incertidumbre es mayor. Sabíamos que eran enemigos –unos más otros menos– de Israel. Pero ¿qué pueden ser ahora?
–I. Q.: Formula usted un deseo, más que una pregunta periodística. En efecto, estamos seguros que en los pueblos de los países mencionados anhelan una libertad y la democracia. No creo que piensen nunca en la guerra ni en el enfrentamiento si eso no se les mete en la cabeza desde pequeños. El mundo, Europa, España, todos nosotros tenemos una responsabilidad y hemos de ayudarles. Pero hemos de ayudarles de manera inteligente. Hablamos de la primavera árabe pero sabemos que, por los motivos que sean, pero fundamentalmente, el mundo occidental tuvo que pactar con sátrapas y con tiranos. Se dejó la oposición en manos del radicalismo islamista y hoy en día son los que mejor organizados están. Es importante ayudar mucho a encauzar esa primavera hacia el verano. Ayudarles con todos los medios a nuestro alcance para que puedan alcanzar un régimen democrático, es decir, a lo árabe, no perfecto, pero donde se respeten los derechos humanos y las libertades, primero de ellos y después de los vecinos.

– J. G. F.- En Estados Unidos y en Europa, todos los líderes políticos están pendientes de la crisis que está devorando absolutamente todo con una velocidad más que inquietante. ¿Eso está distrayendo a nuestros gobiernos de lo que puede estar pasando en Irán y su carrera nuclear?
–I.Q.: Espero que no. El peligro nuclear está ahí, antes, durante y después de la crisis. Espero que las grandes potencias no se dejen distraer y se tomen en serio la amenaza nuclear porque los dirigentes de ese país lo han dicho claramente. No hay que pensar que sólo se dirigen a Israel o que el problema es sólo de Israel. El problema es de todos y es importante que lo tengamos en cuenta. A veces, la reacción, la actitud de países europeos recuerda desgraciadamente viejas actitudes como la del apaciguamiento con la que no llegamos a nada. Hay que ser firme, muy firme, con los que atentan contra la estabilidad.

–ALBERT MONTAGUT: España es un país que intenta ser justo y que rechaza el terrorismo internacional. ¿Cuál es la clave por la que hay en España un sentimiento antisemita?
–E. A.: Nosotros no decimos nunca que España tenga un sentimiento antisemita, aunque sí es cierto que hay un movimiento en contra del judío que tiene su origen en la historia. El factor clave de ese pensamiento es la educación. A nosotros nos han inculcado desde la cuna valores como el respeto a los demás. Durante 2.000 años hemos padecido el exilio y nuestros padres nos han dicho que tenemos que respetar las leyes del país y la cultura que nos acoge. A los judíos que estamos aquí nos gusta España y lo único que nos diferencia de ella es la religión.
–A.M.: ¿Por qué la Unión Europea no juega un papel más relevante en la defensa de Israel?
–I. Q.: Habría que hacer esa pregunta a los máximos dirigentes europeos. Me gustaría, como europeo y español, que la Unión Europea hablase con una sola voz, con un único criterio y que dejara de actuar con una mentalidad a corto plazo. Europa sería mucho más respetada si mantuviera unos principios firmes. ¿Por qué busca la autoridad palestina el apoyo de Europa? Porque ésta tiene mucha más credibilidad internacional que Irán y Siria. ¿Busca Israel ese apoyo de Europa? Sí, por supuesto, pero también soy consciente de que los judíos se han sentido muchas veces olvidados por Europa.

–FRANCISCO MARHUENDA: El pueblo judío ha pagado una pena de sangre enorme, pero nos solemos centrar en el Holocauso y antes también ha sufrido represión, marginación, persecución... Con todo el sacrificio que ha hecho, ¿qué está ocurriendo ahora con Europa para que esté donde está ahora? Benedicto XVI ha condenando el Holocausto en Alemania y ha hablado de las raíces judías que tiene la religión cristiana. Insisto, ¿qué sucede en Europa para que después delos enormes sacrificios que ha hecho el pueblo juidio sigamos en las circunstancias actuales?
–I. Q.: Quizás tengamos que volver al tema de la educación porque judios y cristianos compartimos raíces, valores y un proyecto de vida y de sociedad. Europa siempre llega tarde. Debería hacer un ejercicio de disciplina para hablar con una sola voz y un solo criterio, que hasta ahora ha sido muy divergente. Israel siempre ha intentado acercarse a Europa. Ojalá Europa sea un socio creíble.
–F. M.: Ustedes han apoyado la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). ¿Cómo está esa relación con la Iglesia católica teniendo en cuenta las raíces comunes que, como decía su Santidad, tienen católicos y judios?.
–I. Q.: Desde la declaración de Aetato del Concilio Vaticano II, «Nostra Aetate», de 1965, y sobre todo desde las enseñanzas vertidas por el Papa Juan Pablo II las cosas afortunadamente han cambiado y han girado para bien. Nos identificamos con la civilización judeocristiana. Ahora que se habla de crisis de y de relativismo de los principios éticos podrían estar de moda los principios judíos y cristianos porque tenemos las mismas raíces y lo compartimos todo. Tenemos que ir más que nunca unidos de la mano. Tenemos que hacer mucho juntos, judios y cristianos. Creemos que vamos por la buena vía y estamos orgullosos de haber apoyado la Jornada Mundial de la Juventud.