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Del Frontón a la Caja Mágica

La Caja Mágica es la novena pista que alberga como local al Real Madrid. Chamartín, Frontón Recoletos, Frontón Fiesta Alegre, Colegio Maravillas, Pabellón de la Ciudad Deportiva, Palacio de la Comunidad, Torrejón y Vistalegre antecedieron a la Caja Mágica. Cuatro leyendas del club rememoran las cuatro canchas más representativas.

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- «Un lugar terrorífico». «El Frontón Fiesta Alegre fue el horno donde se coció el mejor equipo de la historia del baloncesto español. Allí rompimos las barreras del telón de acero», dice Don Pedro de una cancha que en nada se parecía a las actuales y en la que el Madrid jugó de 1952 a 1965. «Allí se amontonaban 2.500 personas, el suelo era de cemento, había mucho humo porque la gente fumaba, había una pared a un metro de la línea de fondo y los balones eran como eran... Para los visitantes era un lugar terrorífico», asegura. Ferrándiz sólo recuerda una derrota: «Era una fiesta de triunfos constantes, sólo recuerdo una derrota en semifinales de la Copa de Europa ante los rusos. Perdimos aquí, pero los ganamos en la vuelta y los eliminamos».

- «Un zambombazo». Lolo Sainz fue jugador en Fiesta Alegre y el Pabellón de la Ciudad Deportiva. En este último, además, ejerció 14 años como entrenador. «Anoté la primera canasta en un pabellón que en aquellos años fue un zambombazo, ya que no había ninguna columna y desde todos los puntos la visión era perfecta. Estaba adelantado para su época». Lolo recuerda «las victorias en la antigua Copa de Europa; una Liga que ganamos con Corbalán lesionado; los Trofeos de Navidad, la rotura del tablero de Sabonis sin que hubiera repuesto; los tiros libres que falló mi entrañable Prada ante la Emerson de Varese...». Herreros también añora aquel Pabellón: «Era muy especial. Se respiraba tradición por todos los lados. Era mítico. Todos los que han pasado por allí reconocían que tenía un olor especial».

- «El mejor ambiente».
Alberto Herreros también jugó en el Palacio: «Tenía el mejor ambiente de baloncesto de toda España. Impresionaba a todo el mundo. La acústica era muy buena, el parquet, perfecto... Era un sitio maravilloso». El actual director técnico resalta un objetivo que comparte con Lolo: «Lo que nos gustaría tener es cancha propia. Un equipo como el Real Madrid tiene que tener una pista en propiedad». «Con la entidad que es y la dimensión que tiene, el Real Madrid tiene que tener un campo propio», comenta Lolo.

- Las lágrimas de Joan Plaza. El técnico del Cajasol ocupó el banquillo en Vistalegre. «Reunía, a pesar de la dificultad para llegar en coche, unas características que lo hacían especial. No había rincones y la visión de la cancha era perfecta para todos. En mis años como primer entrenador tuve una conexión especial con el público y me llamó la atención que cuando volví con el Cajasol me dispensaron una larga ovación que me hizo saltar las lágrimas y aún hoy se me pone la piel de gallina al recordarlo». Ser una plaza de toros lo hacía un recinto muy especial: «Hubo muchas veces en las que el olor de los toros que el día anterior o posterior iban a ser lidiados obligaba a Óscar –el utillero– o a los encargados de mantenimiento a enseñar el corral o los chiqueros a todos los equipos que nos visitaban».