Siria

«Siempre ha habido clases»

Hace 13.000 años ya había rasgos de diferenciación social humana n Un yacimiento arqueológico en Siria revela los primeros indicios de autoridad

«Siempre ha habido clases»
«Siempre ha habido clases»larazon

Personajes como Maquiavelo, Rousseau o Marx, entre otros, han estudiado a lo largo de la historia las diferencias sociales entre las personas, pero, como dice el dicho, «siempre ha habido clases». O al menos las hay desde hace 13.000 años. Ésa es la conclusión a la que se ha llegado tras una investigación en la que ha participado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Así, según los análisis realizados en un asentamiento de la cultura natufiense, en el sur de Siria, ya entonces había indicios de diferenciación social humana.

El estudio, llevado a cabo en un poblado compuesto por doce cabañas denominado Qarassa 3, reveló que dos de las construcciones presentaban un nivel de complejidad superior al resto. Para el arqueólogo Juan José Ibáñez, uno de los participantes en la investigación, «esto podría indicar una diferencia en el rol social de sus habitantes» y, por lo tanto, la existencia de una organización social compleja y de algún tipo de autoridad. Según explicó Ibáñez, hasta ahora se había probado que esas diferenciaciones sociales habían surgido hace unos 11.000 años. Con este descubrimiento se ha constatado que estas diferencias aparecieron 2.000 años antes de lo que se pensaba, además de documentar el paso del nomadismo al sedentarismo.

«Hay una diferencia de funciones en el espacio», señaló Ibáñez respecto a dos de las cabañas de Qarassa 3. «Si unas casas son iguales y otras son diferentes, lo lógico es que las funciones sociales sean distintas», sentenció. Una de estas viviendas presenta divisiones internas y una plataforma interior sobreelevada, mientras que la otra consta de una fosa y dos plataformas exteriores asociadas a la entrada. Por el tamaño de las estancias –entre 12 y 16 metros cuadrados–, los investigadores creen que este poblado debía de estar habitado por entre 40 y 60 individuos, un tamaño superior al habitual en la época. «Al haber más gente, también hay más relaciones sociales, más complejas, y mayor toma de decisiones. Por eso las construcciones son más complejas. Es el preludio de los primeros agricultores y ganaderos, que aparecerán un milenio después». Hasta ahora se pensaba que el paso del nomadismo al sedentarismo, y de la caza y la recolección a la agricultura y la ganadería, se había debido a motivos climáticos. No obstante, los investigadores apuestan ahora por que esta conversión va aparejada a un cambio social.