Locos por Cesc

Llevaban tanto tiempo esperándole que ni siquiera han esperado a la confirmación oficial para celebrar su vuelta a casa. Piqué y Puyol utilizaron sus cuentas de twitter para convertirse en algo así como portavoces del club azulgrana y dar la bienvenida a su último fichaje, Cesc Fábregas, al que cada vez le falta menos tiempo para poder ponerse otra vez la camiseta culé sin miedo a que nadie se enfade. En la celebración en Madrid del título del mundo, los dos compañeros que ayer anunciaron de forma no oficial su regreso, y Pepe Reina, le vistieron con la elástica del Barça, mientras él se escondía para no molestar a la afición de la que todavía era ídolo y capitán. En los próximos días, mañana, Cesc llegará al Camp Nou para ser presentado el lunes y ya no habrá nada que esconder. Para entonces, el Arsenal habrá aceptado la forma de pago de los seis millones en variables que completarán los 40 del traspaso y habrá enviado a Barcelona el «tránsfer» que convertirá en realidad lo inevitable.

«Cuando se confirme será un gran día para el barcelonismo y para él especialmente. No puedo adelantar nada, pero seguramente se cerrará en poco tiempo. La noticia está casi confirmada y no me imagino al equipo de esta temporada sin Cesc», decía Víctor Valdés dejando claro que el vestuario está como loco porque su compañero en La Masía vuelva a estar a su lado. Casi tres años de rumores lo han convertido en el fichaje más esperado, después de que con 14 años decidiera dejar el Barcelona para crecer en el Arsenal. Wenger lo acogió casi como un hijo y lo educó para que fuera el líder y capitán ideal para los «gunners». Esta relación tan cercana con su «jefe» es la que ha llevado a Cesc a no tener prisa y esperar a que la salida de Londres fuese lo más correcta posible. Cuarenta millones no fueron suficientes el curso pasado para sellarle el pasaporte; ahora Wenger se ha rendido, aunque el Arsenal todavía aseguraba ayer que la cosa tardaría un poco más en finiquitarse. Los londinenses no tienen prisa y no les han gustado para nada los modales de los catalanes. Hoy debutan en la primera jornada de la Liga inglesa ante el Newcastle y van a esperar al menos hasta después del choque para dar el paso definitivo.

«A partir de ahora tendremos veranos más tranquilos», bromeaba Valdés, que hablaba como si Fábregas ya estuviera vistiéndose en el vestuario barcelonista: «Se va a adaptar rápido, somos casi todos amigos y lo tendrá fácil».

La culminación de su traspaso, sin ser publicada todavía por los clubes, desató dos tsunamis absolutamente opuestos en las aficiones implicadas. Los habituales del Emirates llevan tiempo haciéndose a la idea y valorarán las buenas maneras de su casi ex capitán, pero alguno había dispuesto a empezar la quema de camisetas, mientras otros optaban por la ironía británica: «Voy a dejar de seguir en twitter a Cesc, porque no me interesan sus futuros mensajes a cerca de la temperatura que hace en el banquillo del Barcelona», comentaba un hincha inglés respecto a las posibilidades que tiene Fábregas de empezar su aventura como suplente.

En el otro bando, hasta Pau Gasol daba la bienvenida a casa a «uno de los nuestros» y le deseaba suerte en la inminente nueva etapa en su carrera.

El «4» del Arsenal
El Arsenal ha intentado normalizar lo más posible la salida del que era hasta la pasada temporada su gran referencia en el campo. El equipo de Arsene Wenger hizo pública, a 24 horas de su estreno en la Premier League ante el Newcastle United, la relación de dorsales para la inminente temporada. El «4» volvía a ser propiedad de Cesc Fàbregas. El capitán del equipo conservaba su número en un gesto de aparente tranquilidad. Cesc también fue inscrito para la Liga de Campeones con idéntico dorsal, pero su futuro será en azulgrana, aunque eso sí llevará el mismo dorsal que portaba las últimas campañas en Inglaterra.