Argentina
Al rescate de las vocaciones
Meryem Ana vive en Santa Fe (Argentina) como religiosa Servidora del Señor y la Virgen de Matará. Los cerca de 10.000 kilómetros que separan su convento del monasterio de El Escorial no han sido problema para venir a ver al Papa y realzar con su presencia la importancia de la vida religiosa en la Iglesia.
«No hay pocas monjas, sólo que no se ven mucho en ningún lado», comenta entre risas esta religiosa. Para Meryem, «todos los hombres están llamados a tener una vocación. Juan Pablo II decía que el 99% de los jóvenes tenía vocación. Pero nos toca a los religiosos mostrarles cuál puede ser».
La orden a la que pertenece Meryem se dedica a la evangelización a través de la educación y a la vida contemplativa. «La misión de las religiosas en la Iglesia es importante, ya que con la oración nos sostenemos unos a otros», afirma y añade sobre la visita del Papa que desea «que surjan grandes vocaciones y ser fieles esposas de Jesucrito. Dios da el ciento por uno en esta vida y en la otra», concluye.
La crisis vocacional que atraviesa la Iglesia también le interesa a Paloma, religiosa Esclava Carmelita del Sagrado Corazón.
«Dios nos sigue llamando todos los días, pero lo que pasa es que los jóvenes no frecuentamos lugares con cobertura divina muchas veces tenemos las pilas un poco descargadas», comenta Paloma. Para esta joven religiosa de la rama carmelitana, el encuentro con el Papa «fue una emoción muy especial donde se notó la presencia de Dios en medio de tantos carismas venidos de todo el mundo». Paloma está muy contenta con la vida que ha escogido y reconoce que «Dios es el mayor hecho de mi vida y el mayor causante de mi felicidad», afirma.
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