El genio Ralph Ellison regresa a las librerías

BARCELONA– El auténtico drama detrás de un hombre invisible no es que nadie lo pueda ver, sino que nadie lo quiera ver. Entonces nos damos cuenta de que sólo somos visibles si hay alguien que nos mira, lo que es una idea terrorífica, y si encima no hay nadie que quiera, entonces la pesadilla se completa. H. G. Wells escribió en 1897 una novela icónica con «El hombre invisible», la historia de un hombre que desaparecía y acababa de usar este poder para las razones equivocadas, pero en 1950, Ralph Ellison encontró humanidad, realismo y desesperación en esa iconografía, y la transformó en una de las novelas esenciales del siglo XX.

Novela sobre la identidad
Quaderns Crema recupera, por primera vez en catalán, «Un home invisible», novela descatalogada en castellano, con una excelente traducción de Dolors Udina, que captura la desesperación poética de la prosa de Ellison. La historia nos descubre a un joven negro del sur de los Estados Unidos y sus intentos desesperados por hacerse visible en un mundo que se niega a verlo, que sólo quiere ver, ya sea con odio o con condescendencia paternalista, a un «pobre negro». Por tanto, nada de lo que haga, diga o piense importará lo más mínimo, ya que ha desaparecido como genuino ser humano y se ha convertido en un rol, incluso para sí mismo.
«Yo soy un hombre invisible. Soy un hombre con sustancia, de carne y hueso, incluso puede decirse que poseo una mente propia, pero soy invisible, comprendedme, simplemente porque la gente se niega a verme», escribe Ellison.

Novela ganadora en 1953 del Premio Nacional de Literatura, su impacto fue inmediato, sobre todo porque trascendía el realismo social de la época y la denuncia racial. En realidad, el libro es una exploración hasta la nausea de la propia identidad y la lucha por defender lo que nos hace humanos. «Ellison no adopta un lenguaje para minorías, sino que habla desde la independencia. En realidad, existen muchas personas invisibles», comentó el premio Nobel Saul Bellow.

El protagonista empieza la novela en una taberna, donde, encerrado con otros jóvenes negros, le obligan a ver el strip tease de una mujer blanca. Luego les tapan los ojos, los suben a un ring y les obligan a pegarse unos con otros hasta que quede sólo uno en pie. El joven recibirá luego una beca para estudiar en una universidad para gente de color. No tardará en ser expulsado del centro cuando complace a un célebre profesor y le lleva a sitios del campus que en teoría no tiene por qué visitar. Acabará por instalarse en Nueva York como líder de un grupo del movimiento negro y se enamorará de una mujer blanca. En definitiva, un hito del siglo XX.