Córdoba C.F.
Cazorla puede con el Hércules (1-0)
Partido completísimo del internacional, que catapultó al Villarreal. Rossi anotó el único gol del partido. Calatayud evitó que hubiera alguno más
Villarreal- Da gusto ver jugar al Villarreal. Practica un fútbol tan ofensivo como desinhibido. Además, ha adquirido tal jerarquía que no le hace falta tener un gran día, como ayer, para sacar los partidos adelante. El equipo de Garrido contempla el balón como única arma de ataque, pero también sabe replegarse y agazaparse en su campo a la perfección, mientras espera la mejor oportunidad para lanzar un contragolpe. En esa tarea se aplican como nadie los menudos, pero hábiles, jugadores castellonenses, que saben encontrar los espacios en el momento adecuado para hacer daño a sus rivales. Nilmar, Rossi, Cani o Cazorla podrían escribir un manual sobre ello.
El Hércules, por su parte, justificó ayer en El Madrigal por qué es uno de los peores visitantes del campeonato. Sus números lejos de casa sólo los empeora Osasuna. Esteban Vigo es uno de los entrenadores que más y mejor estudia a sus rivales, y adapta sus alineaciones acorde a sus conclusiones. Ante el Villarreal, el técnico planteó un 4-3-3, con Portillo, Tote y Trezeguet en ataque. A pesar de lo ofensivo de la propuesta herculina, lo que mejor hizo el conjunto alicantino fue defender y destruir. Su balance en ataque fue poco más que nulo. Tan sólo un par de llegadas con algo de peligro, que parecieron más por el sufrimiento de los aficionados «amarillos».
Cazorla se echó el equipo a la espalda desde el primer minuto y lo hizo todo. Se ganó un monumeto. Antes de los sesenta segundos de partido, el internacional ya lo había intentado desde lejos con un disparo que se marchó desviado. Antes del cuarto de hora, llegó su segundo intento. Y antes del descanso, había visto una amarilla por cortar una jugada de ataque rival. Estaba en todos los lados.
El Villarreal ha hecho del gol un arte y de ocupar los espacios, un espectáculo. Por muy bien que defienda un equipo, los delanteros de Garrido son rápidos e inteligentes, y desesperan a cualquiera. Cani, que vive una segunda juventud, lanzó la jugada del gol. Rossi fue el más listo, lanzó el desmarque y recibió un pase preciso que le dejó solo ante Calatayud. Su definición fue perfecta. Una lección de cómo se rompe una defensa.
El monólogo del Villarreal continuó, acentuándose en la segunda parte, cuando la falta de puntería de Nilmar y Cazorla evitó una goleada mayor. El alud ofensivo de los locales abrió más espacios para el Hércules, que pisó el área un poco más que en la primera parte, pero apenas le alcanzó para crear algo de peligro. Un disparo lejano de Cristian fue casi lo único para los de Esteban. El Villarreal se dio cuenta entonces de que un partido de ida y vuelta no le favorecía, así que replegó un poco y se dedicó a tocar y esconder la pelota. Tres puntos más.
✕
Accede a tu cuenta para comentar