Las paquistaníes de Barcelona se ponen el velo en protesta por el veto al burka

Un grupo de mujeres musulmanas de Barcelona que antes no se cubrían el pelo con un pañuelo han optado ahora hacer uso del velo como muestra de ofensa por la polémica del burka. La Asociación Cultural, Educativa y Social de Mujeres Paquistaníes (Acesop) se ha sentido ofendida por el debate político sobre la regulación del burka y el niqab en los ayuntamientos de Barcelona y Lérida.«El debate político es desproporcionado y electoralista», consideró la presidenta de Acesop, Huma Jamshed. «La polémica resulta contraproducente porque convierte los velos en medios para reafirmar la propia identidad», advirtió la fundadora de esta asociación, creada en 2005. «Se debe informar a las inmigrantes de sus deberes y derechos para asegurarnos de que toman sus propias decisiones desde la libertad y no el miedo», dijo Jamshed. «A menudo no tienen muy claro por qué llevan velo y la decisión recae en el entorno familiar y comunitario», reconoció. Sin embargo, «nunca forzamos a las mujeres en ningún sentido», quiso aclarar.Jamshed constató que «hay muy pocos casos de mujeres con velo integral en Barcelona» y admitió que «mostrar los ojos y la cara es fundamental para interaccionar con los demás, crear vínculos de confianza e integrarse en la sociedad de acogida». Por su experiencia en la asociación, que tiene como finalidad integrar a las mujeres pakistaníes en el tejido social y económico catalán, Jamshed abogó por la vía de la mediación para resolver fácilmente los casos del burka. Tras haber sido rechazada la moción del PP para prohibir el burka en la vía pública, el Ayuntamiento de Barcelona apuesta por «un debate pausado» sobre este tema dentro del Pacto de Inmigración que prepara el Govern. «Se trata de un símbolo de explotación de la mujer», dijo la concejal de prevención, seguridad y movilidad del Consistorio, Assumpta Escarp. « No se puede permitir en ningún caso no escolarizar a las niñas que lleven velo porque su educación es lo único que les puede garantizar la libertad», consideró Escarp.