Madrid
El candidato clama a la desesperada por un voto que evite el «poder absoluto» del PP
FICHALUGAR: Pabellón Fernando Martín de Fuenlabrada (MADRID).ASISTENCIA: 7.000 personasPARTICIPANTES: Manuel Robles, alcalde de Fuenlabrada; Elena Valenciano, número dos por Madrid al Congreso; Tomás Gómez, secretario general del PSM y Alfredo Pérez Rubalcaba.
HUELVA/MADRID- Se acabó. Último día de campaña, y el candidato del PSOE se desgañita por Andalucía, una comunidad clave. Un fallo mecánico en el avión que le traslada desde Madrid le obliga a suspender un mitin en Huelva, pero llega a tiempo a su segundo destino de los cuatro que tiene previstos para esta jornada. En Punta Umbría clama a la desesperada por un voto que «pueda parar el poder absoluto de la derecha». Ya no pide ganar, ni empatar, ni romper la mayoría absoluta, sino que le ayuden a que el resultado del PP no sea abrumador y tiña de azul intenso el Congreso y el Senado. Apura las últimas horas de campaña con un único mensaje: «Sólo hay un partido que puede frenar el poder absoluto del PP, porque cuando tienen el poder absoluto recortan absolutamente todo», enfatiza en una nueva llamada al voto útil, que pediría además de varios modos. Ahí va otro: «Una izquierda fragmentada no podrá frenar a esta derecha dura, que es muy dura. ¡Andaluces y andaluzas, ayudadme! No vaya a ser que por combatir el bipartidismo, tengamos el monopartidismo de la derecha». Quedan 50 horas para que se cierren los colegios, y Rubalcaba demanda a la militancia que apure hasta el final para convencer a su entorno. En la última jornada electoral y con los mercados al acecho de nuestra economía, el candidato del PSOE aún se permite una ironía para poner en evidencia la actitud del PP frente a la crisis. Habla de Rajoy y le afea que hace cuatro años intentara llegar a La Moncloa «de la mano de una niña», y ahora «lo intenta de la mano de una prima».
Y si en Andalucía se desgañita, en Madrid, donde cierra –arropado por su esposa, Pilar Goya, Solana y Salgado, pero sin Zapatero–, admite que ya no le quedan fuerzas. «Para votar el domingo y justitas», añade. Han sido 23.500 kilómetros y 41 mítines. El mensaje es el mismo: la encrucijada (avance o retroceso). La llamada, idéntica: el voto en nombre de la historia del socialismo, en especial el de los progresistas. Reivindica el «patriotismo» de Zapatero por tomar decisiones difíciles, y acaba. Él no tiene fuerzas y la caravana de periodistas, tampoco. Fin de campaña. Alivio.
e-lectores
El balance
¿Qué le ha parecido la campaña del candidato socialista?
El veredicto
Amanda Palau Profesión: Mercadotecnia y formación.
Edad: 34
«Se ha centrado en meter miedo a los electores dando a entender eso de "que viene la derecha"».
Beatriz García
Profesión: Abogada
Edad: 33
«Ha hecho una campaña de generar miedo dándole un tono apocalíptico de otra época».
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