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Marcianos en el suburbio
Joe Cornish talento no le falta. Sus compañeros de colegio (estudió en un prestigioso centro inglés, el Westminster School, en Londres, donde precisamente trabó amistad apenas cumplidos los trece años con Adam Buxton, que con el tiempo se convertiría en su inseparable amigo y chico de trabajo televisivo) le recuerdan como un compañero afable, ocurrente y tremendamente ingenioso.
En su tarjeta de visita apenas queda espacio para su nombre completo, Joseph Murray Cornish, pues podría pasar por un hombre orquesta con la cantidad de oficios que ha desempeñado: comediante, presentador, actor y guionista de radio y televisión. Durante cinco años (de 1996 a 2001) compartió con Buxton el espacio «The Adam and Joe Show», un programa de enorme éxito en la televisión inglesa que posteriormente pasaría a las ondas. Con este bagaje, no resulta extraño pensar que a Cornish le tentara ponerse detrás de la cámara, como ha hecho ahora con «Attack the Block», filme con el que debuta como director. Él tenía muy claro que era el siguiente paso en su carrera tras su brillante experiencia como guionista en «Tintín y el secreto del unicornio», de Spielberg, trabajo en el que colaboró con Steven Moffats.
Regusto a John Carpenter
La cinta se estrenó en Reino Unido con ciertas reticencias que inmediatamente se vieron compensadas con estupendas críticas. En Estados Unidos, sin embargo, le costó encontrar distribuidora, aunque las reseñas favorables y el revuelo mediático que provocó la película hicieron que Sony respaldara el proyecto (ha sido considerada uno de los mejores productos de 2011 y definida como «un cruce entre ‘‘Critters'' y ‘‘The Warriors'' con cierto regusto a John Carpenter», según los medios). No ha faltado quien se refiriera a ella como «una fascinante cinta que recuerda a las mejores películas de serie B».
Cargada de acción, «Attack the Block» se ha convertido ya en un título de culto. El pasado Festival de Sitges, por ejemplo, ya se fijó en ella y la distinguió con cuatro galardones: el premio especial del jurado, el del público, el de la crítica y el galardón para la banda sonora que firma Steven Price con Basement Jaxx. Cornish confiesa que no las tenía todas consigo sobre si iba a funcionar o no entre el público y por eso anduvo con pies de plomo: «Me he tomado mi tiempo, no quería prisas, sino hacer lo que deseaba en el momento en que estuviera preparado. He visto mucho cine y he aprendido de lo que he visto en la pantalla», asegura, al tiempo que explica cómo se sintió la primera vez que vio proyectado su trabajo en la pantalla: «Pasé muchísimos nervios porque he puesto mi corazón y mi alma en la historia, sentía una presión difícil de explicar. Para mi sorpresa, la respuesta fue bastante más positiva de lo que esperaba. Los espectadores no dejaron de gritar y aplaudir cuando acabó. Entonces respiré y me dije: ‘‘Joe, no está nada mal''». El director asegura que hay un punto biográfico en la película, pues «para mí, este filme es una combinación de mi vida en mi vecindario del sur de Londres y de la gente que me rodeó. A veces me pregunto por qué el mundo que representamos en las películas no se corresponde con la realidad y eso es lo que yo he hecho aquí, plasmar lo que era mi entorno». Inspirándose en grandes títulos como «ET», «Gremlins», «Goonies» o «Predator» (los especialistas han destacado, entre los aciertos de la película, su guiño a títulos de éxito de los 80) Cornish confiesa su debilidad por el género de aventuras, del que se confiesa un fanático «de pies a cabeza», de ahí que haya elegido para su debut una aventura de ciencia-ficción impredecible que aprovecha al máximo las limitaciones de su presupuesto (de apenas 10 millones de euros) para ganarse al público, sobre todo a través de unos curiosos efectos especiales, «al uso de la vieja escuela, que son los que he utilizado aquí y creo que con éxito».
Este polifacético inglés de 41 años transforma un bloque de viviendas sociales en un escenario de ciencia-ficción donde no existe un momento de calma y en el que cada uno de los detalles tiene una razón de ser: «Los jóvenes visten jerseys con capuchas y llevan máscaras y me recuerdan a los ninjas; el lenguaje podría ser un calco, aunque actualizado al siglo XXI, de ‘‘La naranja mecánica''; las fachadas de los edificios tienen un aire más que trabajado con ecos del Nakatomi Plaza de ‘‘La jungla de cristal''. En definitiva, lo que hemos hecho es tratar el bloque de viviendas como si fuese una nave espacial y otorgarle todo el protagonismo que merece», asegura.
No ha sido intención de Cornish que la película tenga un mensaje; sin embargo, le gustaría que los jóvenes se hicieran una reflexión en voz alta: «Si estos adolescentes son unos maleantes, o al menos esa es nuestra primera impresión, debemos pensar por qué actúan de la manera en que lo hacen y preguntarnos si ¿no tendremos los adultos una parte de responsabilidad», se pregunta. El grupo de pandilleros está liderado por Moses, a quien interpreta John Boyega, convertido en toda una estrella gracias al filme: «No sólo es una película distinta en su estructura y contenido; como adolescente me fascinó representar un personaje que fácilmente podría clasificarse como antipático, pero que no lo es. Me gustó el guión y mi papel desde el momento en que lo leí, pero no tenía ni idea de cómo lo iba a representar», señala Boyega, que dejó fascinado desde el primer momento a Cornish: «Entrevistamos a más de mil quinientos jóvenes. Y hasta que no vi a John Boyega no tenía a Moses. Bastó solamente verle entrar por la puerta para darme cuenta de que ya lo teníamos. Posee la imagen, el temperamento, la seriedad y la ambición que requería el personaje», dice. Para el actor resultó bastante difícil realizar las escenas de acción porque «el papel que interpreto necesitaba una gran transformación. El director me ayudó a entender su personalidad y a convertirlo en un ser humano con defectos y virtudes, aunque pueda resultar a simple vista un barriobajero. Él quería que quedara reflejado que todos somos capaces de lo mejor y lo peor y trató de que vertiera en Moses todo lo que pudiera sacar de mí de mi», explica Boyega. El elenco de «Attack the Block» no tiene nombres conocidos (tampoco lo pretendió nunca Cornish) con excepción de Nick Frost, quien da vida al vendedor de drogas que reside en el bloque: «Como director nunca sabes lo que vas a conseguir hasta que empiezas a rodar. Afortunadamente conté con actores estupendos que venían preparados ya de casa. John posee un talento que nos dejó con la boca abierta y estoy completamente seguro de que se convertirá en un intérprete de peso en muy poco tiempo. Y Nick Frost está sencillamente sensacional. No puedo poner ni una pega a los chicos, todos se han comportado de maravilla y han demostrado muchas ganas por aprender y porque todo saliera lo mejor posible durante el rodaje. No puedo quejarme, al contrario, me considero un afortunado. La verdad es que no imaginaba que todo fuera a marchar tan bien».
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