Barcelona

Villa escribe la historia de España

Un golazo de Villa, con suspense incluido, ha acabado con la maldición de los cuartos y ha metido a España en las semifinales del Mundial. El asturiano y Casillas, que paró un penalti y un gol cantado, han salvado a La Roja. Alemania espera.

España, por fin, en semifinales de un Mundial tras derrotar a Paraguay
España, por fin, en semifinales de un Mundial tras derrotar a Paraguaylarazon

Con paso firme, sin volver la espalda a la adversidad, España ha ido ganando cuerpo y consideración según avanzaba el Mundial. Excepto Suiza, todas sus víctimas han sido iberoamericanas, Honduras, Chile, Portugal y la última, Paraguay, también conocida como "El corazón de América": España se lo ha roto. Fue la que más lejos llegó; ganarla 0-1 costó 82 minutos.

 

En dos Mundiales precedentes midieron las fuerzas. En Francia, la España de Clemente no superó el batacazo nigeriano y no hizo ni cosquillas a los guaraníes; la de Camacho, en Corea-Japón, venció 3-1. La de Vicente del Bosque, mejor que aquéllas por hombres y resultados, sudó para derrotarla. El premio, las semifinales de Suráfrica, contra Alemania.

Anunciaron lo nombres de los protagonistas por megafonía. "La Roja"jugaba en casa. Primero el equipo paraguayo, uno a uno, cordial atención; después, el español, celebrado en el graderío, aclamado Villa y, como es habitual, vitoreado, idealizado y mitificado Torres. En liza, el once habitual, el memorizado. La expectación inicial fue una chasco al ponerse le balón en juego. Los pajaritos paraguayos disparaban a las escopetas (de feria en la primera mitad) españolas.

Los primeros tiempos sirven de base para la crónica, si avanzan una solución; así, hay tiempo para distraerse tras la reanudación. El Paraguay-España fue un combate nulo, por no desprestigiar al equipo español, teórico favorito. Por indicios e historia, pasada y, sobre todo, reciente, tenía que dejar resuelto el dilema antes del descanso. Ni pudo ni supo.

 

Tampoco fue mejor que los guaraníes. Fue la España acogotada por Chile, lenta, imprecisa y previsible, incapaz de soportar la presión al hombre, sorprendida, quizá, porque enfrente no encontró un cerrojo sino un grupo de jugadores con menos nombre pero con más estímulos, crecidos y empeñados en llegar a semifinales, objetivo común.

No dejaba de ser chocante que cuando Paraguay tenía el balón miraba hacia adelante, con arrojo y velocidad, sólo limitado por la técnica; no ocultaba sus intenciones. España, con el esférico en su poder, miraba hacia los lados. Jugaba al viejo y engañoso oficio de la paciencia, procuraba no descomponerse, no sufrir demasiado las acometidas de Cardozo y Valdez, confiada en su calidad individual.

 

No encontraba más salida que a Sergio Ramos en la derecha. Recordaba al Atlético de Tomás Reñones cuando no sabía qué hacer con la pelota. Se la daba a él, que subía y centraba. Cuando lo hacía bien no había nadie para rematar, no le creían. Así consumía minutos España, acogida al recurso de los desesperados. Jugaba con fuego.

La solución ideal para romper la monotonía era Villa, intermitente; sin embargo, el remate más peligroso fue un disparo de Xavi, alto. Torres no completaba una jugada, tenía cara de cambio. El centro del campo estaba ralentizado, Iniesta acertaba una de cada cuatro; el más destacado era Busquets, incansable arriba y abajo,sobrio y efectivo, y solidario, porque cubría a Piqué cuando éste, harto de la impostura, se sumaba al ataque. Como si nada. Eso fue todo. Villar no tuvo que hacer una parada.



La segunda parte, más de lo mismo

Los primeros minutos del segundo tiempo evidenciaron una tendencia añeja, rancia. Era preciso aportar algo más: velocidad, ideas, desmarques, el poder de la técnica para doblegar al equipo suramericano... Parecía, no obstante, que "La Roja", anoche de azul, competía en cuartos con la cabeza puesta en semifinales.

 

Caminaba, dejaba pasar el tiempo confiada en su categoría individual; Paraguay, mientras, se comportaba como un equipo que procuraba con más ambición que posibilidades alcanzar el éxito. Entonces Del Bosque retiró al "Niño"y entró Cesc. Buscaba más penetración desde la segunda línea, no imaginaba, ni él ni nadie lo que iba a suceder en los cuatro minutos siguientes.


Locura en dos minutos
Minuto 57: Piqué agarra a Sanatana y Carlos Batres, árbitro con apellido de hematólogo, señala penalti. Lo lanza Cardozo y lo para Casillas. Cardozo ha fallado esta temporada cuatro penas máximas con el Benfica.

 

Minuto 59: contraataca España, Villa se interna y Alcaraz le empuja. El colegiado señaló los once metros, estaba deseando. Minuto 60: dispara Alonso,entra el balón, pero hay que repetirlo porque Busquets pisa el área antes de tiempo. Minuto 61: vuelve a chutar Xabi y despeja Villar. Después de dos penaltis en cuatro minutos, 0-0 en el marcador. Qué bonito es el fútbol. Y caprichoso. Y mezquino, porque acto seguido Iniesta lanzó un tiro colocado, a la escuadra contraria, que el portero paraguayo desvió con loable plasticidad.

"Tata"Martino hizo dos cambios, el más significativo, la entrada del gigantón Santa Cruz; Del Bosque prescindió de Alonso y dio la oportunidad a Pedro, el talismán del Barcelona. Se quedó sólo Busquets en su parcela. Era el toque de rebato. España jugaba ya en terreno paraguayo. Trenzaba, mejoraba, dominaba, profundizaba, así fue como Iniesta llegó a la frontal, pasó a la derecha, Pedro el de la suerte tiró cruzado, repelió el poste, recogió Villa, chutó y, tras dar de nuevo en la madera, entró, 0-1.


 

Y el paradón de Casillas
Quedaba poco tiempo y el sufrimiento iba a ser distinto; con el marcador favorable había que defenderse de una ofensiva en masa; empezaba otro padecimiento, pero cabía la posibilidad de mejorar el resultado. Paraguay dejaría más espacios, los dejó, pero Villa y Pedro no acertaron; tampoco Santa Cruz, a quien Casillas despejó in extremis un balón que antes no logró blocar a tiro de Barrios.

 

Era preciso apuntalar, Marchena relevó a Puyol, cansado. Avanzaba el reloj, se consumía el tiempo, España olía la semifinal, el momento de hacer historia, de mejorar aquello de 1950.Lo tiene en sus manos. Alemania no será fácil de doblegar, menos si juega "La Roja"como anoche; tendrá que aportar algo más, y lo tiene. Lo anticipó Napoleón: "La victoria pertenece al más perseverante". España lo es. Enhorabuena.


-- Ficha técnica:
0 - Paraguay: Justo Villar; Verón, Alcaraz, Da Silva, Morel; Barreto (Vera, m.64), Riveros, Víctor Cáceres (Barrios, m.84), Santana; Valdez (Santa Cruz, m.72) y Cardozo.


1 - España: Iker Casillas; Sergio Ramos, Piqué, Puyol (Marchena, m.84), Capdevila, Busquets, Xabi Alonso (Pedro, m.75), Iniesta, Xavi, Villa y Fernando Torres (Cesc, m.56).


Gol: 0-1, M.83: Villa.


Árbitro: Carlos Batres (GUA). Amonestó a Piqué (m.58), Cáceres (m.59), Alcaraz (m.59), Busquets (m.63), Morel (m.71) y Santana (m.87)


Incidencias: Partido de cuartos de final del Mundial de Sudáfrica 2010 disputado en el estadio Ellis Park de Johannesburgo ante unos 55.000 espectadores. Antes de iniciarse el partido Justo Villar e Iker Casillas, capitanes de Paraguay y España, leyeron un manifiesto contra el racismo y la discriminación.