Novela
Maniobras en la opacidad
El del «Faisán» se está convirtiendo en un caso típico de luchas soterradas por el control del escenario y de los tiempos.
Ambiente de tinieblas en el que el maestro Pérez Rubalcaba suele moverse mejor que nadie porque él más que nadie domina el arte de lo colateral y lo escondido, lo etéreo y lo gaseoso, siendo como es especialista en ejercer el «pressing» y el manejo del móvil. También en extraer conclusiones apresuradas para exonerar a su pupilo Antonio Camacho cuando, lo único que ha dicho el juez al respecto, es que de momento no procede interrogar al secretario de Estado. Ahora asistimos a una guerra sorda por mantener en el limbo del secreto parte del sumario del «Faisán».
Sabe el triministro mejor que nadie por qué le interesa retrasar el conocimiento completo de la causa. Pasa el tiempo y mientras más pasa mejor para el responsable de Interior, a quien favorece sobremanera diluir el proceso en el ambiente grisaceo y farfullero de las próximas elecciones municipales.
A río revuelto ganancia de especuladores. También de pérez y rubalcabas. Desde que comenzó este caso ha habido un intento permanente por esconder y envolver, dilatar y archivar, reciclar y tirar. Los expertos en apretar a otros se están poniendo estos días las botas. Presionan con sibilino trasiego de razones presuntamente sagradas o de Estado.
Lo peor es que aun parece que vamos a asistir a nuevas maniobras de dilación orquestadas por quienes saben hacerlo como nadie desde la más absoluta opacidad.
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