Balón de Oro

Una de pulpo

La Razón
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El zoo de Madrid es uno de los mejores del mundo porque sus responsables han sabido siempre vender su imagen. Lo catapultaron con la proyección pública de Chu-Lin; con los primeros animales nacidos en cautividad; con concursos para poner nombres a los ejemplares más populares o con el reciente alumbramiento de un koala. Ahora se les ha ocurrido una idea genial desde el punto de vista publicitario: negociar el «fichaje» del pulpo Paul, el oráculo del reciente Mundial de Fútbol.El zoo intenta fichar a Paul en el mercado de verano. Eso es tener vista comercial. Con la presencia del príncipe de los cefalópodos, la atracción va a ser fantástica. Si no es posible ficharlo directamente, conseguirlo en propiedad, se puede intentar su cesión por una temporada, o intercambiarlo por otro animal autóctono, como una buena centolla. Si nos llega, Paul va a ser la gran figura mediática que puede ensombrecer a deportistas y princesas del pueblo. Será preciso asegurar sus tentáculos, como las piernas de Cristiano Ronaldo, y llevará sobre su cuerpo tantas pegatinas de publicidad como Fernando Alonso.