Comunidad de Madrid
Habrá efecto Gómez
Escribir sobre las primarias del Partido Socialista en la Comunidad de Madrid, analizar lo que está ocurriendo en vísperas de esa cita del mes de octubre tiene desde luego un componente diferente: se ha convertido en una caja de sorpresas. ¿Motivo? Muy simple. Zapatero ha fabricado un problema donde no existía y ahora tiene una muy complicada escapatoria. Tan complicada que si finalmente gana Tomás Gómez va a quedar en una evidencia sin justificación posible; aunque nadie duda de que el presidente ya se ocupará de realizar un regate en el último minuto para no quedarse descolocado.
En su momento, Gómez anunció que quería ser el candidato a las elecciones autonómicas en la Comunidad de Madrid; primero Manuel Chaves y luego el propio Rodríguez Zapatero intentaron persuadir al secretario general madrileño de que tenía que dejar el camino libre para un candidato oficial cuyo nombre estaba cantado: Trinidad Jiménez. La negativa de Gómez provocó lo que nadie quería: una convocatoria de primarias, que en verdad pueden tener un efecto positivo, pero que también pueden provocar daños políticos incontrolables.
Ahora mismo estamos, en ese momento, en que todo es un interrogante. Pero el que tiene más que perder, con mucho, es Rodríguez Zapatero. Si sale Gómez, el presidente pierde. Si sale Trini, Zapatero gana, pero sólo provisionalmente puesto que en las autonómicas lo previsible es que Esperanza Aguirre vuelva a sacar mayoría absoluta por lo que la apuesta del Gran Jefe se volvería a esfumar.
Hay quien sugiere, con cierta razón, que en este jeroglífico insondable, va a resultar que lo que le puede interesar a Zapatero es que gane Tomás Gómez. Dentro de la que ha montado quizá todo lo puedan reconvertir en el «efecto Gómez» y entonces en el PP tendrán que empezar a preocuparse. Hace pocas semanas el nivel de conocimiento que los ciudadanos tenían de Gómez era mínimo; ahora es mucho más alto. ¿Se acuerdan ustedes de aquel famoso «efecto Borrell» cuando ganó las primarias a Almunia? Un efecto que tuvo poca duración puesto que desde Ferraz se abrieron las compuertas para hacer saltar por los aires mediáticos a Borrell, elegido entonces candidato a la Presidencia del Gobierno. Aquello terminó mal, pero durante meses ese efecto de las primarias metió el miedo en el cuerpo a los populares que estaban entonces en el Gobierno.
Ahora las cosas, son diferentes. Pero la irrupción de Gómez, como indomable, como un político seguro de lo que hace y como una alternativa ya conocida de forma generalizada hace que la balanza ante las elecciones se equilibre más de lo previsible. Sí gana las primarias Tomás Gómez, el efecto está asegurado aunque en estos momentos no podemos tener certeza de su alcance, pero lo que sí es seguro es que los cimientos electorales al menos se moverán.
De lo que sí pueden estar seguros, totalmente seguros, es de que si gana Gómez, a Zapatero le faltará tiempo para subirse a ese carro. Al carro de la victoria.
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