Londres

El Papa advierte del peligro de la ciencia si ignora a la religión

Benedicto XVI dijo hoy que el mundo necesita buenos científicos, pero que una perspectiva científica se vuelve peligrosa si ignora la dimensión religiosa y ética de la vida, "al igual que la religión se convierte en limitada si rechaza la legítima contribución de la ciencia a la comprensión del mundo".

El Papa hizo esta manifestación ante unos cuatro mil alumnos católicos con los que se reunió hoy, segundo día de visita al Reino Unido, en el campo de deportes del St. Mary's University College, de Londres, a los que dijo también que el dinero no da la felicidad, que ésta sólo se encuentra en Dios.

El encuentro fue transmitido por televisión e internet en todos los colegios católicos de Gran Bretaña y Benedicto XVI, tras resaltar esa oportunidad, que dijo "no ocurre todos los días a un Papa", animó a los jóvenes a ser no sólo buenos estudiantes, sino también buenos ciudadanos y buenas personas.

"No os contentéis con ser mediocres. El mundo necesita buenos científicos, pero una perspectiva científica se vuelve peligrosa si ignora la dimensión religiosa y ética de la vida, de la misma manera que la religión se convierte en limitada si rechaza la legítima contribución de la ciencia en nuestra comprensión del mundo", afirmó.

El Pontífice agregó que el mundo necesita buenos historiadores, filósofos y economistas, pero que si sus aportaciones a la vida humana dentro de su ámbito particular se enfoca de manera demasiado reducida, "pueden llevarnos por mal camino".

El Papa teólogo subrayó que una buena escuela educa integralmente a la persona en su totalidad "y una buena escuela católica, además de este aspecto, debería ayudar a todos sus alumnos a ser santos", añadió.

A este respecto expresó su esperanza de que entre los muchachos británicos que le estaban escuchando hubiera "algún futuro santo del siglo XXI, ya que la cosa que Dios mayormente desea es que cada uno de vosotros sea santo".

Benedicto XVI aseguró que ser santo no significa contentarse "con ser de segunda fila"y animó a los muchachos a no perseguir una meta limitada y a no ignorar a los demás.

También les dijo que tener dinero posibilita ser generoso y hacer el bien en el mundo, pero que por sí mismo, no es suficiente para lograr la felicidad y que al igual ocurre si se tiene una profesión altamente cualificada o si se es famoso.

"Llegar a la fama, no nos hace felices. La felicidad es algo que todos quieren, pero una de las mayores tragedias de este mundo es que muchísima gente jamás la encuentra, porque la busca en los lugares equivocados. La clave para esto es muy sencilla: la verdadera felicidad se encuentra en Dios", afirmó el Papa.

El Pontífice aseguró que los hombres deben tener el valor de poner sus esperanzas más profundas solamente en Dios, no en el dinero, la carrera, el éxito mundano o en las relaciones personales, ya que sólo Dios puede satisfacer las necesidades más profundas del corazón.

En la línea didáctica de sus encuentros con los jóvenes, el anciano Papa les exhortó a mantenerse alejados de la avaricia y el egoísmo y de todo aquello que sea destructivo y peligrosos y les dijo que cuando desean prestar ayuda a los pobres y hambrientos, consolar a los tristes y ser amables y generosos "estáis en camino hacia la santidad".

Antes de reunirse con los jóvenes, siempre en el mismo college, pronunció otro discurso ante el profesorado, en el que destacó la contribución de la Iglesia católica en el campo de la educación y señaló que la tarea de un maestro no es sólo comunicar información o proporcionar capacitación en unas habilidades orientadas al beneficio económico de la sociedad.

La educación -dijo- no es y nunca debe considerarse como algo meramente utilitario, se trata de la formación del ser humano, preparándolo para vivir en plenitud, "se trata de impartir sabiduría y la verdadera sabiduría es inseparable del conocimiento del Creador", manifestó.

Benedicto XVI dijo también que la escuela debe garantizar un ambiente seguro para los jóvenes y niños.

En esta jornada el Papa se reúne con líderes de otras religiones, con el arzobispo de Canterbury y primado de la Iglesia Anglicana, Rowan Williams, participa en una ceremonia ecuménica en la Abadía de Westminster y pronunciará un discurso ante el mundo político, académico y cuerpo diplomático en Westminster Hall, en el lugar donde Tomás Moro fue condenado a muerte en 1535 por no abjurar de su fe católica.