Museo Reina Sofía

María Luisa Martínez-Fresneda: «Los artistas con Down no tienen ego»

Con firma propia. Profesión: empresaria. Recibió el premio Empresaria del Año 2010. Nació: en 1951, en Madrid. Por qué está aquí: es la impulsora de «ArteDown». Vende por internet y en los museos Thyssen, Reina Sofía y pronto en el Prado.

079NAC07FOT1
079NAC07FOT1larazon

–Se diría que es la gran marchante de los discapacitados...
–Sólo una persona que conoce el mundo del arte y quiere hacer algo por ellos. Necesitan un marchante y un empujón. Yo se lo doy.

–«ArteDown»: una ventana para mostrar al mundo el arte de los que sufren el síndrome de Down. Pero, ¿quiere ver el mundo ese arte?
–Sí, hay un gran interés, nos abren todas las puertas. Se sorprenden al ver lo que hacen nuestros artistas. Y hoy, «ArteDown» es autosuficiente.

–¿En qué se diferencia un cuadro de un artista con síndrome de Down de todos los demás?
–En los colores, alegres y vivos. El síndrome de Down no es tristeza, es un mundo alegre de personas transparentes y gozosas. Eso se ve en su pintura: transmiten de una forma natural lo que sienten. Una explosión de color.

–¿Siente que los compran por hacer una buena obra y no porque sean buenos cuadros?
–Huimos de inspirar piedad. No queremos que nadie nos compre por pena. En el Thyssen no ponen un cartel diciendo quién los ha pintado.

–¿Y se venden bien?
–Muy bien. Lo saben después, cuando abren el sobre que está detrás del lienzo. Es una grata sorpresa. Muchos de mis artistas pueden acabar viviendo de la pintura.

–La gente piensa que...
–La gente piensa que no son capaces de nada, y son capaces de todo.

–¿Sus familias lo entienden?
–Me ha costado convencer a muchas de que sus hijos son artistas. Han cambiado de actitud al ver el éxito de «ArteDown». Hemos vendido más de 200 cuadros en dos años.

–¿Qué les aporta la pintura a los que padecen el síndrome?
–Bienestar y reconocimiento. Esto es muy importante para ellos: sentirse reconocidos y útiles. Les integra en la sociedad, normaliza sus vidas.

–¿Estaría haciendo todo esto si no tuviera una hija con síndrome de Down?
–Probablemente, no. No habría entrado en la Fundación Síndrome de Down. Haría otra cosa. Pero la vida te lleva por caminos no programados.

–Ya. Dice que sus artistas no tienen ego...
–Y eso se refleja en sus obras. No tienen condicionantes de modas ni tendencias. No saben lo que vende y lo que no. Son artistas en estado puro.

– «El arte es una rebelión contra el destino»(André Malraux).