Las autonomías no aumentan el número de inspectores

MADRID- Sin embargo, ninguna CC AA se plantea derivar parte de sus agentes a investigar en exclusiva estos casos. Tan sólo las comunidades con agencias específicas antidroga cuentan con inspectores dedicados exclusivamente al control de estas sustancias, dentro de las que se encuentra el tabaco. Madrid destina 17 inspectores a esta unidad, pocos en comparación con los 800 con que cuenta el departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña. La diferencia es clara, pero los inspectores catalanes se ocupan de vigilar todos los ámbitos sanitarios. Controlan tanto el cumplimiento de la normativa alimentaria como las inspecciones de bares y restaurantes. Algunas autonomías prefieren no dar datos del número de inspectores que trabajan en su territorio «por no dar munición al enemigo», explican desde la Consejería de Salud de Asturias.
En Andalucía cuentan con 912 inspectores de Sanidad, pero aquellos destinados a vigilar otras áreas como Educación o Justicia tienen, desde la entrada en vigor de la Ley, entre sus tareas el control del cumplimiento de esta norma en todos los lugares que visiten. Desde las administraciones aseguran que el cumplimiento de la norma es alto y como explican los hosteleros «la mayoría de los locales la sigue», aunque siempre hay algún establecimiento que no acata la Ley, como el bar Spirit de Castellón que, según la Consejería, recibió ayer la notificación de una sanción grave después de que el 5 de enero un inspector le levantará un acta a su local por permitir fumar en su interior.
Por su parte, el descontento entre los hosteleros crece cada día. En La Rioja, este gremio aseguró a Europa Press que en los 10 primeros días de vigencia de la Ley «sus ganancias han disminuido entre un 10 y un 30%». Ante esta problemática, la picaresca ha crecido entre los restauradores. Numerosos bares de Baleares se plantean crear clubes de fumadores para evitar la estampida de los consumidores. Una iniciativa con la que no está muy de acuerdo la ministra de Sanidad. Según Leire Pajín, la creación de estos círculos «no es tan fácil porque existen unos criterios concretos que tienen que cumplir», comentó. Uno de los requisitos es que no deben contar con empleados, de hecho «actualmente hay un número importante de trabajadores del sector de la hostelería con enfermedades por inhalar el humo de los clientes», explicó.