Historia

Berlín

Una exposición sobre Hitler enfrenta a Alemania con su memoria histórica

Alemania hace examen de conciencia: ¿qué responsabilidad tiene la sociedad en el ascenso del nazismo? Por primera vez desde el final de la Segunda Guerra Mundial, un museo alemán muestra sin tapujos todos los entresijos del nacionalsocialismo, incluido un despliegue de artículos militares, propaganda y uniformes que abrumarán al visitante.

Adolf Hitler
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El objetivo de la exposición está sellado en su título: "Hitler y los alemanes". La muestra pretende ser una mirada crítica a la forma en la que la sociedad alemana asumió como inevitable e impulsó el auge del régimen nazi que llevó a la ruina a Europa.

Para ello, los organizadores no han escatimado esfuerzos y han puesto en marcha un despliegue de medios al que no está acostumbrada una sociedad en la que exhibir el nazismo no sólo es un tabú, sino un delito castigado por la ley.

De hecho, esta muestra, que lleva por subtítulo un mensaje no menos contundente ("Nación y crimen"), se ha visto afectada por la paradoja de que no ha podido ser anunciada ni promocionada con la cartelería habitual para estos casos, ya que la muestra de cualquier símbolo nazi en público está prohibida.

La muestra incluye armas, propaganda, uniformes de la SS y la Gestapo y hasta un mueble de la oficina de Hitler, y hace un repaso de todos los estamentos sociales que, activa o pasivamente, "coronaron"al führer como el salvador de Alemania. En el punto de mira de los organizadores están desde los medios de comunicación hasta las grandes empresas, pasando por la Iglesia, la clase política o las escuelas.

"No queremos centrarnos en Hitler como personaje", asegura Hans-Ulrich Thamer, responsable de la muestra. "Queremos ver el ascenso del régimen, cómo oactuó en el poder y cómo cayó, y el potencial tremendamente destructivo que desató el nacionalsocialismo", agregó.

La muestra, que se estrena este viernes, se ha levantado en un anexo del museo en Unter den Linden de Berlín. Sus responsables insisten en que su protagonista no es Hitler en primera persona, sino más bien la sociedad que convivió con él. Pero reconocen que inevitablemente existe el riesgo de que tanta esvástica expuesta en el corazón de Alemania sea utilizada por los neonazis para invocar a esta parte de la historia de Alemania.

Para la mayoría de los alemanes, sin embargo, será una oportunidad como ninguna otra hasta la fecha de bucear en el papel que tuvieron sus ascendientes en el auge y caída del nazismo.