El velo un detalle medieval y moderno por Manuel MOTA

El vestido de Catherine Middleton, hoy ya Duquesa de Cambridge, es un diseño de clara inspiración años 50, con marcado talle a la cintura. Me parece una elección muy acertada y una elegante propuesta, muy afín al estilo de la novia, por lo que estaba muy favorecida y se la veía cómoda vistiéndolo.
Destacaría el cuerpo de encaje, que velaba una base con escote corazón, así como el escote exterior en forma de uve, que estilizaba el cuello y el rostro de la novia. Tanto la falda de seda como el cuerpo de encaje y la manga larga recuerdan –en línea– al vestido lucido por la princesa Grace de Mónaco.
El velo corto en tul de seda es el elemento que quizás más me ha sorprendido y me ha gustado especialmente, ya que pocas novias apuestan por él y me parece un guiño a una nueva generación, un punto trasgresor incluso. El velo, que aportaba al «look» un toque medieval y moderno a la vez, rompía con la línea clásica del vestido y una vez más resultaba muy acorde con la frescura que caracteriza la personalidad de la novia.
La elección de la firma Alexander McQueen, dirigida por la diseñadora Sarah Burton, es un claro homenaje al creador y a la industria de la moda británica. Por otro lado, la confección del vestido resulta exquisita, obra de la Casa Real de Costura, y supone un homenaje a la artesanía y a la historia textil de Inglaterra. En definitiva, una perfecta combinación de moda y artesanía.
Para terminar, en cuanto a las joyas, destacaría las proporciones entre la tiara y los pendientes, que otorgaban la solemnidad regia que merecía la ocasión, pero sin resultar excesivos.

Manuel Mota