Miami
Los galones de los Lakers por Juan Antonio Orenga
«Yo ya he ganado cinco anillos así que lo diré por Brown: que se calle todo el mundo y dejadnos trabajar», fueron las palabras de Kobe Bryant después de la segunda derrota de Los Angeles Lakers. Luego llegó una más. Antes de la pasada madrugada, cuando han jugado contra los Pistons de Detroit, eran colistas de la División del Pacífico. Pase lo que pase ante los Pistons, el ambiente en L. A. no puede ser más caliente.
No es habitual escuchar una salida de tono de un jugador como la de Kobe. No le quito razón. Para que un equipo reestructurado comience a funcionar, necesita tiempo y trabajo, independientemente de que sea de primer nivel y los refuerzos sean jugadores «all-star». Esto ya lo hemos visto con los Heat de LeBron en Miami.
Bryant también debería saber que una parte del elevadísimo sueldo que cobra es precisamente por estar expuesto al público y a la Prensa. Puede recibir alabanzas y críticas. Las primeras gustan y las segundas molestan mucho. Y molestan más todavía cuando no son justas. Su compañero Pau se lo puede recordar cuando se ensañaron con él la temporada pasada. Pau no levantó la voz. Es el ejemplo a seguir. Y el colmo del error de Kobe es querer normalizar una situación tremendamente anormal. Que los Lakers, reforzados con Howard y Nash, lleven la racha que llevan provoca que todo el mundo quiera saber qué pasa y, sobre todo, por qué pasa.
Kobe ha estallado porque se siente extraño en el ojo del huracán. Es bueno que sepa cómo tuvo que jugar Pau todo el año pasado. Al escolta sólo le queda aplicarse en lo que ha dicho: trabajo, trabajo y más trabajo. Luego está que el técnico encuentre rápidamente los roles de cada uno en el equipo y que los jugadores sepan aceptarlos.
Tampoco vendría mal un poco de humildad. En lugar de insultar a los que le critican, debería saber que el haber ganado cinco anillos no es impedimento para que sea uno de los responsables de que las cosas se están haciendo mal. Y todo esto después de darle la razón, como he afirmado antes. A los Lakers hay que dejarles trabajar y, además, si cedieran los galones de mando a Pau les iría mucho mejor. Él sí sabe cómo dar estabilidad al grupo.
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