Bruselas

El PSM explota contra Blanco y abre un conato de crisis con Ferraz

Los socialistas madrileños piden a la Ejecutiva Federal más lealtad y menos interferencias.

En la designación de López Aguilar como candidato a las últimas europeas, Blanco, Pajín y Gómez estaban bien avenidos
En la designación de López Aguilar como candidato a las últimas europeas, Blanco, Pajín y Gómez estaban bien avenidoslarazon

MADRID- El PSM vuelve por sus fueros. Parece que regresa el poso de una federación que nunca tuvo la mejor de las relaciones con la dirección federal. El más convulso de los territorios socialistas, el de las luchas cainitas, el de las rebeliones, el del «no pasarán» ha decidido, aunque no lo crean, hacer piña con su secretario general y reivindicar al unísono respeto a la autonomía de los socialistas madrileños y lealtad y colaboración entre Madrid y la Ejecutiva Federal. Todo esto viene a cuento de las quejas del número uno del PSM, Tomás Gómez, por la falta de apoyo del vicesecretario general, José Blanco; las acusaciones de que el número dos del PSOE trabaja para Esperanza Aguirre y los lamentos de un secretario general que pide a gritos que le confirmen como candidato y no le confirman. Vaya, lo que ayer el ministro Gabilondo llamó el «salsarosismo» de la política. En esas anda un Gómez, que guiado por los dimes y diretes, explotó el lunes ante su Ejeutiva regional contra la mano derecha de Zapatero. ¿Suicidio? Fue la primera pregunta de la mañana. «Cargar contra el más poderoso dirigente de Ferraz es un tiro en la sien, una muerte política segura», decían algunos, los mismos que ya aventuran desde Ferraz toda una estrategia para destrozar al ex alcalde de Parla. Pero no todas las opiniones coinciden en la dirección federal, porque la «bomba» Gómez no ha hecho más que agrandar la brecha que desde hace tiempo separa a los números dos y tres del PSOE, Blanco y Pajín. Ambos prefirieron ayer el silencio. El primero, desde Bruselas, evitó ahondar en el asunto. La segunda habló de capítulo cerrado, de episodio sin trascendencia. Bien es verdad que quienes trabajan cerca de ella creen que en la polémica han coincidido varios elementos: uno, una supuesta animadversión del diario El País (que fue quien desveló ayer el ataque de Gómez a Blanco) hacia el líder del PSM; dos, la mala relación personal entre el vicesecretario general y el ex alcalde y tres una incomprensible cerrazón de Blanco a aceptar que no hay más candidato que Gómez. División por tanto en Ferraz, pero cierre de filas de los madrileños que piden «más lealtad y colaboración y menos interferencias a la dirección federal», dijo un José Cepeda que demandó el mismo respeto a las decisiones del PSM que se tiene con las del PSC o el PSE.