Pensiones

El «copago»

La Razón
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Soy de los que paga la Sanidad pública y la de muchos otros, además de una Mutua y un seguro de vida. El pediatra de mis hijos era colaborador del Col.legi de Periodistes de Catalunya, que al parecer cobraba de la cuota de asociado. Y yo, sólo he cogido la baja laboral una vez en mi vida debido a un accidente de moto que me inmovilizó ambas muñecas. Nunca me he quejado de la Sanidad española, bien al contrario la considero modélica y ejemplarizante, pero es muy cara y cuesta mucho dinero a todos los ciudadanos, especialmente a los que la pagan. Pese a todo y aunque debería opinar lo contrario, soy de los que creen que la situación de crisis actual nos obliga a replantearnos el modelo e ir hacia un «copago» que nos obligue a todos a ser menos derrochadores en el gasto farmacéutico y a un pago consensuado entre todos que nos permita salvar uno de los dos pilares fundamentales del Estado de bienestar. Esto si queremos salvarnos de la quiebra de ese Estado de derechos iguales para todos los ciudadanos. Pero el «copago» no es sencillo, pues no se puede cobrar a nadie por una atención mínima indispensable o complicada, ni tampoco a aquellos sectores que apenas tienen para llegar a fin de mes, como jubilados, pensionistas, jóvenes en paro o desempleados que hayan agotado su subsidio, todos ellos por citar unos cuantos ejemplos claramente fuera de un posible «copago». Sé de sobra que Valcárcel y Palacios están claramente en contra de cualquier fórmula de «copago» y que antes aceptarían otras medidas más suaves como el «céntimo sanitario». Pero el «copago» se impone y yo lo defiendo si se hace con sensibilidad y todas las regiones a una, que sería la única solución posible. Sí al «copago» para salvar nuestra Sanidad, pero también acompañadas de otras medidas de ajuste.