Nueva York
La Abadía: los jóvenes vuelven a casa
El ciclo «Los Abadías» reúne tres piezas, creadas por autores, actores y directores vinculados al centro
Poco o nada tiene que ver «Wild Wild Wilde», una revisión del célebre texto epistolar «De Profundis», con «Autorretrato doble», una arriesgada creación biográfica con texto no narrativo; o con «El cortador de bambú», viaje a un viejo cuento japonés a través de una lente occidental. Pero las tres piezas comparten algo: sus creadores, que son actores, directores, dramaturgos, iluminadores o escenógrafos, entre otros profesionales, están o han estado vinculados al Teatro de La Abadía. El año pasado el centro que dirige José Luis Gómez ya estrenó el ciclo «Los Abadías» –sustantivación de una pertenencia que han convertido ya en etiqueta–, una buena oportunidad para ver trabajos diversos y un empujón a jóvenes creadores y compañías que se han criado en la casa como actores, ayudantes de dirección, etc. Cuenta una de ellos, Fefa Noia, que «el vínculo sigue, no se llega a cerrar. Una vez que se pasa por La Abadía, se queda, porque todos hemos estado mucho tiempo allí».
Noia dirige «Wild Wild Wilde», texto de José Ramón Fernández que se verá en primer lugar (mañana y el domingo 23 de octubre), con Carlota Ferrer, Óscar de la Fuente y David Luque en el reparto. Se trata de una nueva creación a partir de la célebre carta que Oscar Wilde envió desde prisión a su amante cuando fue condenado por sodomía. Aunque, matiza Noia, «acabó en la cárcel, no tanto por haber mantenido relaciones homosexuales, como por no haberlas ocultado».
Un Wilde desconocido
«No se conoce al Wilde que pasó por la cárcel, el tiempo que estuvo allí», explica la directora, que quiere resaltar el contraste entre el brillo y la oscuridad del personaje. En escena hay fragmentos de «De Profundis», pero no muchos, ya que José Ramón Fernández ha creado un nuevo texto a partir de un encuentro en París entre el autor inglés y Antonio Machado. «Esto da pie a contar, en un "flashback", el paso de Wilde por prisión». Pero lo hacen «con la idea de imaginar al escritor allí y, de repente, al rascar en la pared de la cárcel, se ve un brillo de teatro, una ficción, como si fuera sólo el papel que cubre la pared». La mujer de Wilde, Constance, y su mejor amigo y editor, Robert Ross, aparecen en escena, aunque no su amante: «Me parecía una injusticia poética», cuenta la directora. Y añade: «Me interesaba más hablar de la pasión que sintió por él». Y asegura, sobre el juego de palabras del título, que «vamos a ver en escena al Wilde más salvaje». Para ello, Noia juega con linestras colgadas y cajas con letras luminosas.
A continuación llegará «Autorretrato doble» (26 y 27 de octubre), creación del Colectivo Armadillo, que es tanto como decir los autores Pilar Campos y Carlos Rod, los actores Jesús Barraco y Raúl Marcos, y el director Óscar Villegas. «El motivo principal de esta creación partió de la idea de hablar de mi madre y de la abuela de Raúl, sobre todo del proceso de vejez de estas mujeres con las que habíamos convivido muchos años», explica Barranco. Se reunieron con ellas, las escucharon, dibujaron sus perfiles, usaron objetos suyos y fotos. «Había sido una relación muy larga: yo viví con mi madre hasta los 33 años, Raúl hasta los 27 o así, teníamos muchos conocimientos de su cotidianeidad, pero no nos habíamos planteado preguntas sobre sus miedos, qué pensaban de la muerte y la vejez», explica el actor.
A ese material le dieron forma después Carlos Rod y Pilar Campos. «Queríamos que el espectador sintiera la presencia tanto de la madre como de la abuela. De ahí lo de autorretrato: es un retrato de estas mujeres, pero también de nosotrsos mismos», explica el autor. Y añade sobre la madre y la abuela de los actores, ambas ya fallecidas: «Hay un estereotipo, aparece tarde o temprano. En este caso el lugar común nos sirve para vincularnos y hacer algo que sintiéramos todos como nuestro». Y señala que se dio un «trabajo de doble dirección: nos entregaron ese material, nosotros les dimos después la historia y ellos la reescriben sobre el escenario».
Un cuento japonés
Por último, el teatro acoge «El cortador de bambú» (29 y 30 de octubre), producción de Les Felices sobre un texto de Peer Wittenbols inspirado en un cuento tradicional japonés: en escena, una pareja de ancianos, interpretados por Luis Moreno y Amanda Recacha, se fuerzan a recordar cada día un momento feliz de sus vidas. Les sirve para contar la historia de una princesa, llegada de la Luna, a la que pretenderá un príncipe. «Llega un momento en que ya no se sabe si es el cuento o si es su vida», explica Moreno, director además del montaje. Ellos llevan la sensibilidad del cuento al terreno que les gusta de «lo japonés»: el manga, la poesía visual y películas como «El viaje de Chihiro». «Es como un manga a la europea», explica el actor y director. En escena habrá «micropaisajes con tierra y hortalizas, que proyectamos en directo; esas imagenes sirven de acompañamiento a las palabras que decimos: el texto es tan poderosos que sólo tenemos que sugerir la plástica que tiene la obra en sí». Y añade: «Buscábamos una pieza que tuviera poesía y humor».
y Gómez se tornó Jiménez
El director de La Abadía, José Luis Gómez, regresa a las tablas de su teatro con «Diario de un poeta recién casado», un espectáculo unipersonal en el que se convierte en Juan Ramón Jiménez, como ya hiciera con Azaña y Cernuda. El poeta escribió este texto en verso y prosa cuando partió a Nueva York, en 1916, para casarse con su gran amor, Zenobia Camprubí. La obra puede verse hasta el domingo.
- Cuándo: desde mañana hasta el 30 de octubre.
- Dónde: Teatro de La Abadía. Madrid.
- Cúanto: 15 euros. Tel. 91 448 16 27.
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