Que paguen

La Liga de Fútbol Profesional, probablemente, calculó mal los riesgos. José Luis Astiazarán, de triste recuerdo en la Real Sociedad, lleva camino de sumar a su currículo nueva página negra. Alguien debió pensar que la AFE, el sindicato de los futbolistas, no llegaría a consumar la huelga puesto que tampoco lo hizo en la Navidad pasada. Ahora, no son los mismos ni parecidos argumentos. Ahora, se está jugando con el pan de muchos profesionales y la solidaridad ha sido espectacular. Todos los políticos luchan por la foto y Luis Rubiales tuvo la suya. Los votos estuvieron avalados por más de cien profesionales, y al frente de los mismos había figuras como Casillas y Puyol, capitanes de la Selección, junto a Javi Martínez, Fernando Llorente, Xabi Alonso, Albelda y Santi Cazorla, entre otros. Rubiales tuvo el aval de grandes campeones. Y ninguno ha rectificado su postura.
El convenio no se puede firmar con el riesgo de que haya incumplimientos graves.
La primera parte de la parte contratante es el pago de las deudas a los jugadores. Los dirigentes adscritos por sus clubes a la Liga de Fútbol Profesional son los responsables de los impagos. Algunos han dejado a familias en situación caótica. Se recuerda el caso reciente del Rayo Vallecano, en manos de la familia Ruiz-Mateos, tal vez uno de los más sangrantes, pero ha habido otros no menos dolorosos. La Liga debe comenzar a poner límites al despilfarro. Para empezar a hablar hay que establecer límites al gasto de acuerdo con los ingresos.
Posdata. La ida de la Supercopa se juega el domingo y es obligatorio disputarla, aunque los contendientes son abajo firmantes.