Valencia
Un vuelco de corazón
Las familias que no llegan a fin de mes, los jóvenes sin oportunidades y los emprendedores recuperan la esperanza perdida
madrid- No hay mejor termómetro para medir la situación de un país que acercarse a un bar o una cafetería. Allí se dan cita personas de diferentes realidades y las opiniones que se vierten son el mejor pulso para saber qué piensa la sociedad tras el veredicto de las urnas. «Justo estábamos hablando de las elecciones cuando habéis venido», comenta Carlos Magán. Tiene un negocio junto a su mujer Mercedes y afirma que «cuando las cosas no funcionan es mejor cambiarlas, por eso la llegada del Partido Popular al Gobierno va a ser positiva. Debe ser el empujón que nos hace falta para salir de la crisis». Con una sonrisa esperanzadora en la cara, Carlos espera que «a partir de ahora los empresarios reciban más ayudas del Estado».
Los jóvenes también han sufrido en exceso la mala gestión del PSOE. La tasa de paro se ha cebado con ellos y ha superado el 40 por ciento. Cristina, Raquel y Nuria lo han vivido en primera persona. Las tres tienen 22 años, están sin trabajo y reconocen «haber perdido la esperanza en la política». Ahora hay motivos para recuperarla. La más crítica es Raquel, que denuncia que «todos miran su propio interés» y pone como ejemplo a Rubalcaba: «Era la mano izquierda de Zapatero y cuando tuvo la posibilidad de mejorar la situación del país no lo hizo. No me creí que dijera tener la respuesta a todos los males. ¿Por qué no propuso medidas antes de la campaña electoral?».
Muchas familias también han sufrido los daños colaterales de la recesión. Es el caso de los Del Moral Lara. Sólo el hijo mayor lleva un sueldo a casa: media jornada y cobrando lo mínimo.
Cipriano, el cabeza de familia y que siempre se ha considerado apolítico, comenta, tras comprobar de primera mano la victoria incontestable de los populares, que «el resultado de las elecciones se veía venir. El PSOE ha estado cuatro años tumbado a la bartola, ¡parecía que no tenían interés en solucionar lo que está pasando!». Con la cautela que da saber que no llegas a fin de mes, esta familia valenciana comenta que «los trabajadores hemos ido a peor, y está claro que el pueblo clamaba por un cambio. Uno sólo quiere trabajar y mantener a su familia». Un deseo que espera verse cumplido. De momento el vuelco está dado. De corazón.
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