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A trabajar por Gonzalo Alonso

La Razón
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La mayoría llegamos a entender que nos hemos de apretar el cinturón para pagar lo que debemos, que nos suban los impuestos y que vayamos reforma tras reforma. Estamos dispuestos a sacrificios siempre que sean temporales y que veamos que las administraciones son capaces de reorganizarse eliminando gastos innecesarios que hemos de financiar con el incremento de nuestras retenciones. Lo que en modo alguno admitirá el ciudadano es que las administraciones continúen con un derroche imparable, ya sea en auditorios u óperas con programaciones costosas para élites o con un afán educativo que, por el contrario, decae en colegios, institutos o universidades. Y, desde luego, también en la propia organización del trabajo en todos y cada uno de los centros dependientes de presupuestos públicos.

Aquí tenemos el ejemplo del INAEM cuyo nuevo responsable, poco ducho en cuestiones de artes escénicas y musicales, se encuentra con una patata caliente heredada de sus antecesores. ¿Tiene lógica que el Teatro de la Zarzuela pague setenta y siete mil euros en horas extras en octubre y que alguien se lleve mil ochocientos? En menor medida, pero otro tanto puede decirse del Teatro Valle Inclán y sus casi sesenta mil euros, del María Guerrero y sus cuarenta mil o de los cien mil del Ballet Nacional entre mayo y septiembre. Punto y aparte merece la Compañía Nacional de Danza con nada menos que doscientos cuarenta mil y con algunas personas cobrando diez mil en dicho periodo. Posiblemente el INAEM supera los dos millones de euros al año en horas extras. Quizá incluso este trabajo extra no se ajuste a la legislación vigente, pero seguro que es factible una mejor organización. ¿Qué han estado haciendo los directores generales del instituto, aparte de asistir a cócteles y firmar subvenciones sin criterios objetivos y coordinados?

Se impone la necesidad de profesionales de la gestión en todo el Estado, la supresión de programas inútiles, el control estricto del gasto, la reorganización imaginativa del trabajo. En una palabra: objetivos, programas y presupuestos en condiciones. Miguel Ángel Recio, responsable del INAEM, viene del mundo de la gestión. A trabajar para que veamos pronto resultados.