Granada

«Aquellos que no nos dejan hablar a los dos se han equivocado de lugar»

El cardenal Cañizares pidió respeto cuando una minoría abucheó al ex presidente 

«Aquellos que no nos dejan hablar a los dos se han equivocado de lugar»
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Expectación al comienzo del debate. En las paredes del auditorio principal, la palabra «diálogo» se lee con más facilidad que otras. Aparecen los ponentes con el director de LA RAZÓN. Expectación que lleva consigo murmullos, aplausos. También silbidos y abucheos de una minoría al ex presidente del Gobierno. Francisco Marhuenda apela a un clima de encuentro, «donde se puedan debatir ideas y puntos de opinión coincidentes y divergentes». La tensión se rebaja cuando el cardenal Antonio Cañizares toma la palabra. «Los que no nos dejan hablar a los dos se han equivocado de lugar, porque se trata de dialogar sobre el humanismo y en primerísimo lugar el humanismo exige respeto a las personas». Ovación unánime. Y silencio. Regla del juego indispensable. «Los aplausos se dejarán para el final», indica el moderador. El auditorio respalda la propuesta. Aun así, a muchos les resulta inevitable frenar sus palmadas cuando se habla de los sueños, de las dificultades de los jóvenes, de la necesidad de esperanza. Respaldo para el prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. También para el ex presidente. «El respeto es la palabra más bonita del castellano», recordaría luego Rodríguez Zapatero. Uno y otro intervienen. Al comienzo, apoyándose en sus notas previas y dando más margen a la espontaneidad y a la complicidad con sus interlocutores a medida que avanzaba la hora y media de debate. «La base del humanismo, la verdad y la libertad se asientan en la grandeza y dignidad de todo ser humano.
Desde ahí hablaré», comentó el purpurado en su declaración de intenciones inicial en la que evocó a Santa Teresa de Jesús, y en la que invitó a vivir desde la sencillez de «no querer imponer, juzgar o excluir». De la misma manera, el que fuera secretario general de los socialistas se presentó: «Deseo exponer con mis ideas con un espíritu constructivo. La palabra es la fuente principal del humanismo», no sin antes recordar que la apuesta hecha por la Universidad Católica de Ávila y LA RAZÓN se trataba de «una convocatoria valiente. Será un acto discutido, que generará debate y algunas incomprensiones. No pierdo mi espíritu optimista, porque sólo veo algunas incomprensiones». Lugar de encuentro, no de disputas. Como ha sido su relación desde que se conocieran hace diez años en Granada. Lo trajo al presente Rodríguez Zapatero: «Su presencia aquel día me sorprendió. Era el único no socialista en aquella sala», matizó sobre aquel territorio en apariencia hostil que fue el punto de partida de una relación que pasó «del respeto al afecto» . Desde ahí miraron y hablaron desde ese momento al auditorio abulense. Aquellos que tenían frente a ellos o en las salas aledañas. Pero también a los que los seguían por la web o en las redes sociales. Diálogo, respeto y afecto.