Medidas económicas
La tarea de Rajoy por Agustín de Grado
Recuperar la concordia nacional y las creencias compartidas de lo que somos y lo que podemos llegar a ser como nación de ciudadanos libres e iguales. Renovar el espíritu de la Transición, éxito colectivo que no se sustentó en el olvido deliberado, sino en la memoria viva de un drama con culpables en los dos bandos que nunca debíamos repetir. Fortalecer los compromisos de España con las naciones libres, ofrecernos como socios fiables en los momentos difíciles y corregir las veleidades de un pacifismo infantil seducido por amistades peligrosas con déspotas incivilizados. Romper la negociación mendicante con ETA y activar de nuevo los resortes de la ley para que sus cómplices dejen de ocupar las instituciones democráticas hasta que se produzca (si es que algún día llega) el abandono verificado y definitivo de las armas sin contraprestación alguna. Restablecer los principios del mérito y la capacidad en el desempeño de los cargos públicos para recuperarnos de ocho años de selección negativa que tanto han desacreditado a la política. Librarnos de ocurrencias que empiezan bendiciendo el aumento del gasto público y terminan luego con el recorte de las pensiones, detener la sangría del paro con las reformas imprescindibles sin esperar a que nos las impongan desde fuera, tener un plan y desterrar la improvisación permanente que ahuyenta a los inversores y desalienta a los emprendedores. Rajoy no necesita seducir con un programa de propuestas originales. Le llega con la sensatez, un tesoro a los ojos de los españoles después de tanto despropósito, impericia, desmán, sectarismo e irresponsabilidad. Tiene razón Aznar cuando afirma que devolver España a la normalidad va a resultar revolucionario. Es la tarea que aguarda a Rajoy.
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