Barcelona

El Barça no es perfecto

Dicen las estadísticas que al Barça de Guardiola no le sientan nada bien los parones por selecciones

El Barça no es perfecto
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. Con unos números de leyenda, sus resultados en estos partidos son de lo más mediocres. Apenas seis triunfos en catorce partidos. Tampoco le ha ido bien a los azulgrana en Anoeta, el único campo que les vio salir derrotados en toda la temporada pasada.

Los dos factores se combinaron ayer y a punto estuvieron de ser letales para el equipo catalán, que acabó dando gracias por arañar un punto de su visita a la Real Sociedad en un partido que dominaba por 0-2 a los once minutos de juego. Pero el aviso ya está dado y, como hizo hace un año tras perder contra el Hércules en el Camp Nou, el Barça ya sabe que no se puede relajar en ningún momento, por mucho que algunos intenten vender la moto de la «liga escocesa».

Guardiola sorprendió de inicio con una alineación mucho más revolucionaria de lo esperado. La acumulación de minutos de sus jugadores internacionales y la proximidad del debut en la «Champions», el martes ante el Milan, ya hacía presagiar un once poco habitual. Messi, Iniesta y Villa se quedaron en el banquillo de inicio, aunque los tres acabarían entrando al terreno de juego. Cesc volvió a actuar de falso delantero centro y Fontàs dispuso de sus primeros minutos en el centro de la defensa.

Montanier, por su parte, planteó un partido arriesgado, con una defensa adelantada, jugando al límite del fuera de juego, pero se «olvidó» de pedir a sus centrocampistas que presionaran a los pasadores del Barça, que jugaron a placer en la primera parte, encontrando demasiados espacios. Con Thiago, Cesc y Xavi en el campo teniendo tiempo para pensar y tantos espacios en la espalda de la defensa rival, el Barça tardó poco en comenzar a encarrilar el partido.
Antes del minuto diez, Cesc ya había encontrado a Alexis, que dejó el balón para que Xavi inaugurara el marcador a placer. Dos minutos después, en una jugada similar, fue Xavi el que encontró el espacio y Cesc el que definió. El jugador de Arenys ha entrado con buen pie en el sistema de juego azulgrana. Guardiola confía mucho en él y ya lo ha situado en diversas posiciones. En todas, Fàbregas ha cumplido como el mejor. Además, la facilidad con la que está viendo puerta, le hace un jugador imprescindible en estos momentos.

Récord de Valdés
La facilidad con la que el Barça creaba peligro en el área de Bravo, que estuvo muy atento en una acción con Pedro muy parecida a la de los goles, contrastaba con la tranquilidad de Valdés, que intervino por primera vez en la recta final de la primera parte en un disparo inocente de Prieto. El portero de L'Hospitalet se convirtió ayer en el guardameta que más partidos ha jugado en toda la historia del Barcelona, con 411, una cifra que engrandece aún más su figura.

Aunque el conjunto azulgrana fue incapaz de marcar un tercer gol, nada hacía presagiar que su triunfo corría peligro, pero la segunda mitad le reservaba un par de sorpresas bastante desagradables. Sin brillar demasiado, el Barça siguió llevando el peso del partido tras la reanudación, pero, no solo perdió profundidad, sino también seguridad defensiva.

Agirretxe ya avisó a los dos minutos, con la acción más peligrosa de la Real en todo el partido, que las cosas iban a transcurrir por un sendero muy diferente. El canterano fue el encargado de recortar diferencias con un sutil toque de cabeza, tras un preciso centro de Xabi Prieto. Al Barça le sentó muy mal el gol y algunos jugadores perdieron la concentración. Menos de un minuto después del gol donostiarra, Villa cedió un balón inexplicable hacia Valdés desde tres cuartos de campo realista.

La pelota acabó en los pies de Agirretxe, que se encontró sin rivales hasta la portería. Su disparo, tras driblar a Valdés, lo sacó Busquets con la mano y se topó con el larguero, pero Griezmann lo recogió para lograr el increíble empate. El de Badia se llevó amarilla por su acción. La roja hubiera implicado que Mateu Lahoz señalara penalti y anulara el gol, como pareció por unos segundos. A Guardiola no le quedó otra que recurrir a Messi, que intentó hacer la guerra por su parte sin éxito. El reparto de puntos demuestra que el Barça no es perfecto.