Albacete
Bono no quiere ir en las listas de Rubalcaba
El presidente del Congreso de los Diputados, José Bono, hizo ayer uno de sus habituales ejercicios de gimnasia dialéctica para decir una cosa, la contraria y la de enmedio y dejar al público pensando largo rato qué es lo que realmente ha querido decir. Una cosa queda clara después de compartir un paseo por su pueblo natal, Salobre, con una treintena de periodistas: se ha ganado el titular.
Y no por una cuestión ajena a sí mismo, sino por su futuro, el futuro de uno de los políticos más controvertidos del panorama español. Y es que ese porvenir no parece que vaya a estar en la primera línea del frente político. «Mi posición personal es no estar» en las listas que componga Alfredo Pérez Rubalcaba, no repetir como diputado.
A estas alturas de su vida política, reflexionó, «estoy ligero de equipaje y probablemente sea bueno que el Parlamento se constituya sin ninguna servidumbre del anterior». Respecto a su decisión, que no es firme según se deduce de su discurso completo, reflexionó lacónico que «hay frutos que uno ha degustado en cantidad y calidad suficiente como para ofrecerlo a otros compañeros que no han tenido esa oportunidad», pero quiso aclarar rápidamente que eso no significa, y no quiere que así se interprete, como una falta de apoyo o de apego a su partido.
«Moriré en política»
El punto de confusión punto de confusión intencionada que acompaña a muchas de sus declaraciones lo coló asegurando que «no estoy determinado a no presentarme pero comprendería no estar» y que no sólo eso, sino que está dispuesto a asumir todas las responsabilidades futuras que su partido le quiera dar. Y para quienes podían deducir de sus palabras que se iba a retirar a pasear a orillas del río Salobre hasta la vejez, quiso dejar claro que seguirá con el carné socialista «mientras viva» y que «morirá en política».
En resumen, que no quiere seguir como diputado, es decir, no quiere ir en la lista de Alfredo Pérez Rubalcaba, pero que siempre hay una puerta abierta para la vuelta y, tratándose de Bono, es una puerta de doble hoja o incluso giratoria.
Comparecencia de Zapatero
Lanzado el titular, Bono también entró en otras materias. La primera, la que le corresponde por su responsabilidad (en la que está «muy a gusto») como presidente del Congreso de los Diputados. A finales de esta semana convocará a la Diputación Permanente para que se reúna en los próximos días y decida si, como reclama el Partido Popular, Zapatero debe comparecer para explicar la crisis desatada este mes de agosto con el alza de la prima de riesgo y la constante caída de la bolsa.
En cuanto al final de ETA y a un posible comunicado de la banda en este sentido, el presidente del Congreso aseguró que «hemos de seguir combatiéndola» porque «ETA donde tiene que estar es en la cárcel». De hecho, subrayó, «preferiría que el comunicado lo tuvieran que redactar desde la cárcel porque eso significaría que no queda ninguno en la calle».
Apoyo al Papa
Preguntado por la Jornada Mundial de la Juventud y la visita del Papa, Bono aseguró que le parece «muy satisfactorio el hecho de que un millón de jóvenes llegue a España». Es, dijo, «en términos laicos para que nadie se enfade, una bendición» y una «publicidad de nuestro país muy positiva». Tras resaltar que la visita no cuesta ni un euro a las arcas públicas, el ex ministro de Defensa defendió «que el Papa diga lo que crea conveniente, porque sólo faltaba que en un país democrático como España se limitara su libertad de expresión». Bono deseó al Sumo Pontífice «que tenga una buena estancia en España y que cumpla con los objetivos pastorales que se ha propuesto». Por último, no dudó en subrayar que «me agrada poder recibirle y despedirle» como tercera autoridad del Estado.
El candidato «más listo»
Pese a su intención de no acompañarle en las listas para las elecciones del 20 de noviembre, José Bono se deshizo en elogios hacia su «amigo» Rubalcaba: «Es el dirigente más listo, más hábil y más trabajador que conozco». Quizá por eso, o simplemente porque el partido «no quiere tropezar otra vez en la misma piedra» de la época de Almunia y Borrell. «Me acuerdo de lo que pasó cuando teníamos un candidato y un secretario general distintos; no nos pudo salir peor», sentenció. Por eso, respaldó que el líder del partido sea también el candidato socialista, algo que para estas elecciones no ha sido posible por falta de tiempo.
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