El Cairo
El juicio contra Mubarak no volverá a ser televisado
Los egipcios volvieron a ver ayer en el banquillo a su odiado y amado dictador, Hosni Mubarak, pero no se sabe cuándo podrán hacerlo de nuevo: el juez Ahmed Rifaat dictaminó que el juicio contra el ex presidente, retrasado de nuevo hasta el 5 de septiembre, no será retransmitido en directo por TV, tal y como lo fueron la primera sesión, el pasado 3 de agosto, y la segunda, ayer mismo.
Sólo algunos medios podrán estar en la sala supervisando que el juicio no sea sólo una farsa para satisfacer a los revolucionarios, ni la ejecución del chivo expiatorio de un régimen que sigue en pie. Malik Mustafa, activista de una organización que ofrece asistencia legal a las víctimas, cree que «la decisión molestará al pueblo, pero estamos dispuestos a volver a bajar a la calle si nos engañan».
Sin embargo, el abogado de esta misma organización, Ahmad Raghy, considera que puede ser positivo a la hora de agilizar el procedimiento –con infinitas pruebas y testigos– y evitar un indeseado «show» mediático.
A pesar de ese espectáculo caótico que los egipcios han seguido desde las pantallas de televisión, sin despegarse de ellas en el estreno y más desinteresados ayer, El Cairo seguía con su rutina, que sólo se detenía de vez en cuando. Lo necesario para echar un vistazo a uno de los muchos televisores encendidos en todos los lugares públicos.
Una pareja observaba a Mubarak –tumbado en una camilla, detrás de los barrotes de la jaula en la que permanecen los acusados– en una zapatería cerca de la plaza Tahrir, cuyo dueño aseguraba que el juicio está siendo «limpio»: muchos egipcios coinciden en ello, aunque no se ponen de acuerdo sobre la necesidad de juzgar al ex presidente o sobre si su estado de salud es realmente tan delicado como aseguran sus abogados.
Los egipcios, divididos por el antiguo «rais»
En una farmacia de El Cairo se desata el debate sobre Hosni Mubarak. El ex presidente sigue dividiendo de una forma radical a la sociedad egipcia. Amal, una mujer cristiana de mediana edad, asegura a LA RAZÓN que ella ama a Mubarak y que no se le debería humillar así, aunque paradójicamente admite que el ex presidente no está tan enfermo como parece o finge. Ese mismo debate degenera en una batalla a pedradas fuera del complejo militar donde se celebra el juicio, a las afueras de El Cairo. Allí, los fieles del ex presidente y los familiares de sus víctimas se verán las caras de nuevo el 5 de septiembre.
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