Eliminar lesiones articulares en cinco sesiones

La práctica del deporte, cada vez más extendida incluso a edades avanzadas y la necesidad de acortar el tiempo de recuperación de las lesiones, ha empujado en los últimos años a la medicina a buscar, con ayuda de los avances tecnológicos, nuevos tratamientos más eficaces y más cómodos para el paciente.

Una de estas tecnologías con aplicación médica son las ondas de choque extracorpóreas, que evitan pasar al paciente por el quirófano. «Aplicadas en un principio para la litotricia, la disolución de cálculos renales, estas ondas mecánicas, usadas en las partes blandas, ayudan a disolver las calcificaciones y, dada su capacidad de neovascularización, acaban con las inflamaciones tendinosas crónicas y de difícil evolución ya sean de hombro, codo, cadera, rodilla o pie», explica Karin Freitag, traumatóloga y directora de la clínica donde se aplican.

Las posturas mantenidas durante tiempo prolongado en condiciones poco fisiológicas, como horas tecleando al ordenador o realizar deporte sin estiramiento y calentamiento adecuado, según la edad y preparación física, provocan una serie de lesiones tendinosas que merman nuestra calidad de vida y originan un sufrimiento diario. «Y dentro de este grupo de tendinopatías existe un porcentaje que no responde favorablemente a alternativas como rehabilitación, infiltraciones, fisioterapia con reeducación higiénico-postural y tratamientos farmacológicos con antiinflamatorios o analgésicos, con todas las limitaciones de estos últimos, y que por supuesto nos obligan a suspender nuestro deporte favorito o, mucho peor, estar de baja laboral», apunta Freitag.

Una vez diagnosticada con ecografía o resonancia magnética nuclear, se procede a la puesta en marcha de la terapia. Sin embargo, esta técnica se emplea principalmente en las tendinitis calcificantes y en todas las tendinosis (inflamación crónica de más de tres meses de evolución) que sean rebeldes y no evolucionen favorablemente con las medidas conservadoras. Se convierte en la última alternativa antes de la cirugía, que muchos traumatólogos desaconsejan por los resultados.

Paso a paso
El tratamiento consta de tres a cinco sesiones con intervalos de siete días y es perfectamente tolerable en cuanto a las molestias que pueda originar. Además, la única indicación postratamiento es la aplicación de una bolsa de frío durante los tres días consecutivos. «Las ondas se aplican directamente en la zona seleccionada con un gel transmisor y se guía por ecografía el punto exacto. No requiere de ninguna preparación previa y lo más importante, no hay que suspender la actividad, ya sea deportiva o laboral y en los deportistas profesionales, les permite mantener un entrenamiento suave», expone Freitag.

No hay por el momento ningún inconveniente descrito severo con este tipo de tratamiento ya que la onda no destruye fibras colágenas. Freitag especifica que «se debe excluir del tratamiento a las embarazadas, todos los pacientes anticoagulados con acenucumarol –Sintrón–, y en los portadores de marcapasos».