ONG
Hospitalizar a los mayores por Isidro RUIPÉREZ
Es evidente que en la vejez aumenta la fragilidad social: pérdida de padres, soledad, menor capacidad económica... Pero también es verdad que con los años aparecen más enfermedades que en muchos casos requieren ayuda y cuidados. Por lo tanto es normal que los ancianos acudan más a los hospitales y tanto al ingreso como en el momento del alta tengan más problemática social. En el momento del alta, especialmente si su enfermedad ha producido secuelas graves (parálisis, incontinencia, etc.), aparecen las lógicas dificultades sociales para poder atender esas nuevas necesidades. En la mayoría de los casos la familia colabora y junto con los recursos sanitarios extrahospitalarios, asumen el alta y los cuidados. En otras ocasiones, la familia no puede o no hay familia, por lo que los servicios sociales, siempre escasos, son de gran ayuda. La ciencia ya ha dado respuesta a este nuevo reto del envejecimiento. Se trata de adaptar los hospitales a esa población envejecida. La forma más eficiente de hacerlo es dotándolos de Servicios de Geriatría al igual que los hay de Pediatría. En ellos se trabaja desde el primer día para curar al paciente e intentar que no quede dependiente. Cuando las cosas se hacen de la manera indicada, los resultados son óptimos para el paciente, la familia y la sociedad. Sirvan como ejemplo algunos datos de los pacientes ingresados en las Unidades Geriátricas de Agudos: edad media, 85 años; estancia media, 10 días; mortalidad, 10% y, al alta, la mayoría vuelve a su lugar de origen, siendo institucionalizado menos del 5%. El problema está en que la mayoría de los hospitales españoles no tiene Servicios de Geriatría. Eso sí, con diferencias autonómicas muy importantes.
*Jefe de la Unidad de Geriatría del Hospital Central de la Cruz Roja
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