África

Manifestaciones violentas

Rabat considera la muerte de Nayem un delito común

El Gobierno marroquí insiste por todos los medios en despachar como un simple caso de «delincuencia común» la muerte, a manos de la Policía, de un adolescente en las inmediaciones del «campo de protesta» saharaui de El Aaiún. 

Rabat alega que los tiros que mataron al niño saharaui fueron en respuesta a un disparo
Rabat alega que los tiros que mataron al niño saharaui fueron en respuesta a un disparolarazon

En lo único que coinciden todas las versiones de los hechos es que el vehículo donde viajaba el joven Nayem Elgarhi, de 14 años, se saltó el control policial que filtra el paso al campamento. Pero a partir de ahí ya no hay acuerdo. Según los saharauis, los agentes marroquíes ametrallaron al todoterreno sin intentar siquiera perseguirlo. Según los marroquíes, a través del propio ministro de Comunicación, Jalid Naciri, los policías fueron atacados con un disparo de pistola efectuado desde el interior del coche. Y, para reafirmar la versión oficial, se añade que los ocupantes llevaban navajas, espadas, una pistola y varios cócteles molotov.

Ante lo inverosímil de la situación: que alguien intentara pasar un alijo de armas por un paso de control muy riguroso; las autoridades marroquíes han elaborado una teoría aún no contrastada. Así, entre los ocupantes del vehículo se encontraba un delincuente común, Ahmed Daudi, que acababa de salir de la cárcel tras cumplir una condena por robo y agresión. Este individuo, herido de gravedad en el incidente, había sido expulsado el día anterior del «campo de protesta» por protagonizar varias peleas bajo los efectos del alcohol y las drogas. Su vuelta, armado y acompañado de familiares y amigos, no tenía otro objeto que «vengarse» de quienes le habían echado del lugar.

De seguirse el razonamiento marroquí, resultaría que le han hecho un favor a los saharuis.

Es evidente que Rabat no va a variar ni un ápice su versión, entre otras cosas porque el incidente ha coincidido con la gira oficial del enviado de Naciones Unidas para el Sáhara Occidental,Christopher Ross, que ayer mismo mantenía varias entrevistas con altos representantes del Gobierno. Las negociaciones sobre el Sáhara se reanudan a primeros de noviembre y las noticias de adolescentes ametrallados no favorecen, precisamente, a la postura de Rabat que, por otro lado, intenta desvincular el «campamento de protesta» de cualquier connotación independentista. Oficialmente, los miles de saharauis allí reunidos demandan mejoras laborales y sociales. Nada que ver con el reclamo de la independencia, que es lo que se ventila realmente.