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OPINIÓN: Mueve tu cucu

La Razón
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Mira que el otro día hablé del perdón del Rey, que el hombre se hizo grande en su humildad. Aquellas imágenes reflejaban el aspecto de un hombre cansado, casi herido por dentro y por fuera. Y ahora me entero de que otra vez ha tenido que entrar en el quirófano, porque la cadera se le ha salido de madre. Las malas lenguas, que aquí abundan como setas en el barrio de David el Gnomo, ya especulan con que el Monarca pasa más tiempo en el hospital que en La Zarzuela. Muy graciosos se creerán, seguramente porque a ninguno le ha tocado tener a su madre llena de tubos o a su padre agonizando, como me ha pasado a mí y a otros muchos que han pasado por el trago de ver a alguien querido traspasando la linde de la vida. Pero, qué le vamos a hacer, el Rey parece un pimpampúm, como si la veda del respeto se hubiera levantado y campara el todo vale. Pues no, queridos. En estas cosas siempre hay un límite. Quien piense que Juan Carlos I tuvo una luxación porque andaba bailando mueve tu cucu, se convierte en animador gratuito de situaciones extremas. Así que, chaval, si quieres la República, lucha democráticamente por ella y respeta las reglas del juego, que este señor ya ha hecho lo que tú, seguramente no vas ni a soñar en toda tu vida. Tú si que tienes que mover el cucu, pero para ponerte al día. Porque vivir con el chupe en casa y andar quejándote, no es solución para tí, ni para tus padres que te alimentan, ni para mí, que pago con mi sudor los ratos que te pasas en la Play mientras yo me lo curro. Así que menos lloriquear y rajar y más darle al callo. O lo que dicen en mi pueblo los más sabios: menos rollo y más manteca al bollo. Que haya alivio y sálvese el que pueda.